A lo largo de un siglo y medio, diversas mediciones han otorgado distintas alturas a la montaña más alta del mundo
¿Cómo es de alto el techo del mundo? La respuesta parecía fijada desde hacía décadas en atlas y libros de texto. A un lado, la palabra Everest, al otro, una cifra que imponía respeto: 8.848 metros. Un bonito número, que aún es más bonito medido en pies: 29.029. Por si hiciera falta más magia, su nombre original tibetano, Jomolongma, significa “madre sagrada”. Sin embargo, su altitud está lejos de ser una cuestión zanjada. A lo largo de un siglo y medio, diversas mediciones han arrojado valores entre 8.840 y 8.850 metros. Por fin, esta semana, el Gobierno de Nepal ha decidido hacer valer su soberanía y empezar a tomarle las medidas a su montaña más célebre. Se han dado dos años de plazo.
Hasta ahora, Nepal y la mayor parte de la comunidad internacional habían aceptado la medición hecha por un equipo indio en 1955, un par de años después del primer ascenso al Everest, de Tenzing Norgay y Edmund Hillary. Un siglo antes, los británicos determinaron la altura en 8.840 metros, desde India, sin permiso para poner los pies en Nepal. Fue entonces cuando rebautizaron el Jomolongma como Everest, pese a las protestas del propio George Everest, el anterior geógrafo en jefe de la India británica, un galés, por más señas, que pronunciaba su apellido como “Ivrest”.
Los británicos no fueron los únicos en inventar un nombre para algo que ya lo tenía. Un siglo después, el “reino hindú de Nepal” decidió que su celebérrima montaña merecía un nombre de resonancias sánscritas, y se sacó de la manga Sagarmatha, que significa “frente del cielo” (o del océano) en nepalí e hindi.
En 1999, un equipo estadounidense estableció con ayuda de GPS que la cima alcanzaba los 8.850 metros, cifra de referencia desde entonces para National Geographic. Los científicos sostienen que la presión tectónica que el subcontinente indio ejerce desde hace millones de años contra Asia continental sigue haciendo crecer al Himalaya. Aunque el cambio climático disminuiría el grosor de sus nieves perpetuas.
Sin embargo, otro equipo enviado en el 2005 por China –que por cierto defiende el nombre tradicional tibetano– determinó que la cumbre rocosa del Everest alcanza “apenas” los 8.844 metros y que los cuatro metros restantes no son más que hielo y nieve. El año pasado, China y Nepal oficializaron los 8.848 metros. Sin embargo, el nuevo Gobierno nepalí formado en febrero, en boca del ministro de Reforma Agraria, ha anunciado que Nepal va a echar sus propias cuentas, con nuevas tecnologías y tomando como referencia el nivel del mar frente a Calcuta. Algo que se inscribe en la voluntad de Katmandú de afirmar su soberanía frente a sus dos vecinos gigantescos y reapropiarse de uno de sus símbolos.
No en vano, los permisos para alpinistas son una importante fuente de ingresos para el Gobierno nepalí, que hace un par de meses llamó a una quincena de funcionarios a abandonar sus despachos y ascender el Everest. Nueve lo lograron.
Ocho mil kilos de basura
Un grupo de alpinistashizo esta primavera algomás práctico por el Everest,al librarlo de 8.000kilos de basura, desdebotellas de oxígeno a botellasde plástico. Chinaprovocó protestas cuandoanunció en el 2007que estudiaba construiruna autopista hasta elcampo base. Ahora el nuevoriesgo son los planesde extender a Katmandúel tren Pekín-Lhasa.
Fuente: http://www.lavanguardia.com/
Por: M.Marques
milton@mxb.com.br
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