El escalador porteño subió el Mercedario de San Juan pero se desbarrancó cerca de la cumbre. Gendarmería desistió de recuperar su cuerpo, pero su esposa contrató un equipo de rescatistas que finalmente logró el objetivo un mes después. Los guías cuentan su extrema experiencia a Los Andes on line.
“Tener el cuerpo al lado le dio la tranquilidad espiritual que necesitaba”, cuenta Fernando Daneri, guía de montaña nacido en San Juan, pero mendocino por adopción.
Habla de Ana, la viuda de Javier Paduszek (39), el andinista que viajó de Buenos Aires a San Juan con la vista clavada en la cumbre del temerario cerro Mercedario, a 6.770 metros de altura, pero murió en un accidente a poco de conquistar su objetivo.
Esto fue el 24 de febrero pasado. Fue su compañera de expedición, Paula Morán, quien avisó a la base que Javier había desaparecido. Partieron juntos hacia la cima, pero él se retrasó por el cansancio mientras que ella lo logró y bajó por otra ruta, por lo que no vio a su compañero al regresar.
Después de días desesperantes sin noticias de él, andinistas del Club Mercedario de San Juan con el apoyo de un helicóptero de Gendarmería localizaron el lugar del accidente: sobre el glaciar “Del Caballito” avistaron una mochila, una campera y el cuerpo sin vida de Javier desperdigados sobre el hielo.
Gendarmería hizo dos intentos por recuperar el cuerpo, pero finalmente desistió por el peligro que implicaba la operación.
Fue entonces que Ana resolvió actuar por su cuenta y contratar una expedición privada para recuperar lo material –el cuerpo de su esposo- y junto a ello la paz interior para ella y su familia.
Lo hizo a través del Club Andino Mercedario. Su presidente, Juan Pablo Milano, decidió designar a Fernando Daneri (30) –quien también participó del rescate del guía mendocino fallecido Fernando Campanini- como jefe del equipo.
Fernando, por su parte, convocó a otro mendocino de su confianza, Cristian Sancho (32), para apoyarlo en la misión, que debieron organizar en sólo dos días.
A una semana de la exitosa operación, los expedicionarios contaron su experiencia a Los Andes on line.
- ¿Por qué ustedes lograron recuperar el cuerpo cuando Gendarmería había abandonado la operación?
- Fernando: (pensativo) Nosotros no somos quién para opinar sobre el actuar de Gendarmería. Ellos tienen sus argumentos para no arriesgar a su gente. Realmente es un lugar complicado para transitar. Quizá tuvimos éxito porque usamos una táctica distinta.
- Cristian: El buen tiempo también fue de gran ayuda en nuestro caso.
El grupo, conformado por otras cuatro personas partió de Mendoza el viernes 26 de marzo, y se puso en marcha al día siguiente a las 5 de la mañana. Gendarmería los ayudó con la logística y las mulas, acercándolos hasta los 4.500 metros de altura. Desde allí siguieron a pie hasta el lugar del accidente, ubicado a 5.300 metros sobre el nivel del mar
- ¿Se habían encontrado alguna vez en un rescate similar?
- Fernando: Si bien yo participé en el de (Federico) Campanini, nunca me había tocado en un caso así. Era realmente impresionante porque había caído más de 200 metros por el glaciar y había sufrido muchos golpes.
- Cristian: A mí me pasó algo parecido ya que estoy acostumbrado a trabajar en el Aconcagua, donde la mayoría de las muertes son por congelamiento o edemas.
- ¿En qué se diferenció el rescate de Paduszek al de Campanini?
- Fernando: Es totalmente distinto porque no es lo mismo un rescate a 5 mil que a 6 mil metros. Nosotros estábamos preparados para hacer ese trabajo y salimos con todo lo necesario.
- Pero ya sabían que en este caso se trataba de un cuerpo y no de un moribundo...
- Fernando: Sí, de todos modos fue una prueba muy exigente para nosotros y demostró que estamos realmente preparados para enfrentar una emergencia de este tipo ya sea en Vallecitos, en el Mercedario o en el Aconcagua. Además estaba en un lugar muy complicado, pegado a una grieta de 6 metros de alto por 4 de ancho que debimos sortear para poder bajarlo.
- ¿Cómo hicieron para llevarlo a la base?
- Fernando: Primero lo colocamos en una camilla especial deslizante con bordes redondeados. Así lo bajamos hasta el fin del glaciar, donde se forma un embudo. Allí lo pasamos a un “tambucho” (un vasijón de 200 litros cortado a la mitad) y de esa forma recorrimos el resto del caminio.
Cristian cuenta que Paduszek era un andinista realmente experimentado, y que ya había hecho ya cumbre en el Aconcagua y otras formaciones de envergadura, por lo que cuesta entender todavía las causas del accidente.
- ¿Se puede decir que Paduszek murió simplemente por “accidente”?
- Cristian: Todavía no se determinó puntualmente qué fue lo que pasó...
- Fernando: Javier tenía todos los equipos necesarios para la expedición pero no usó parte de ellos. Sufrió un resbalón, pero no tenía ni grampones ni piquetas, que son los elementos necesarios para atravesar el glaciar, por lo que se desbarrancó. Incluso no llevaba puesto el casco, lo que nos llamó la atención.
- ¿Cómo fue el encuentro con la viuda de Javier?
- Fernando: Ana se había quedado esperándonos en el refugio de la Laguna, a 3.100 metros de altura y tenía una confianza ciega en nosotros. Cuando recibió el cuerpo se emocionó mucho y lloró casi en silencio.
- Cristian: Recuperar el cuerpo le cambió la historia. Ahora está bien porque puede pasar a otra etapa diferente.
Fuente: http://www.losandes.com.ar
Por: M.Marques
miltonmarques@meridies.com.ar