La nieve es ese hielo en forma de pequeños cristales de partículas de agua congelada y mucho más.
GENERALIDADES
Entre los diversos fenómenos atmosféricos de precipitación, uno es particularmente característico de las tierras altas: la nieve. Una vez caída, la nieve no se funde si se dan simultáneamente ciertas circunstancias en especial, de temperatura y exposiciones y durante largo tiempo puede cubrir el suelo con una capa cuyo espesor y consistencia varían en función de las condiciones meteorológicas.
LA FORMACION DE LA NIEVE
Los cristales de nieve se producen en las nubes. Generalmente están constituidos de microgotas de agua a baja fusión, es decir, son producto del líquido sometido a temperaturas bajo cero. El proceso de formación de los cristales se desarrolla en dos fases:
En la primera, los gérmenes de hielo producido a partir de las microgotas de agua a baja fusión cristalizan por efecto de la acción de núcleos de congelación llamados polvo atmosférico, que generalmente son impurezas de origen orgánico, mineral o químico.
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En la segunda fase, el germen inicial un prisma de base hexagonal, con la estructura del hielo en las condiciones de presión y temperaturas propias del interior de las nubes- crece por el detrimento de las gotas cercanas que se evaporan. Su velocidad de crecimiento varía según sean las bases, las caras y las aristas del germen, lo cual explica la gran diversidad de formas que presentan los cristales.
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La velocidad de crecimiento depende especialmente de la temperatura. Si el crecimiento que se produce sobre la base del prisma es rápido (foto E), se crean alargadas (columnas o agujas), mientras que si sucede sobre las caras, se forman plaquetas (foto ), Cuando la temperatura de las nubes se halla entre-15° C y-20° C es rápido el crecimiento sobre las aristas del germen; las dentritas se desarrollan y adquieren la forma más conocida de los cristales de nieve: las estrellas (foto núm. 31). Con espesor de 0,5 a 5,6 cm., son los cristales donde el crecimiento se efectúa en condiciones de temperatura regular.
LA NEVADA
La nieve se forma en las nubes más altas (cirrus y estratoscirrus), pero la temperatura del suelo donde se deposita la nevada es por lo general diferente a la del lugar de formación. La nieve puede captar durante su caída nuevas gotas de baja fusión que, congelándose al entrar en contacto con aquélla, adquiere un aspecto granulado en las caras superiores. Si este fenómeno de rocío persiste, se modifica el aspecto inicial de los cristales, de mayor tamaño que los pequeños granos blancos y opacos de la nieve inicial, de un diámetro que varía entre 1 y 4 ó 5 mm. (nieve granulada).
Antes de caer al suelo, el cristal adquiere una masa suficiente y conserva su forma de nieve siempre y cuando la temperatura del suelo esté bajo cero. Entre 0° C y 3 ó 4° C se convierte en la llamada aguanieve, y por encima de esas temperaturas se transforma en lluvia.
Por efecto de la temperatura de los cristales, la nieve se humedece y se funde en las extremidades de sus ramificaciones, en un fenómeno de aglutinación que da lugar a la formación de copos. Esta precipitación, provocada por una temperatura intermedia entre la propia de la nieve y la del aguanieve, es la llamada nieve húmeda. Con tiempo muy frío los cristales caen isolados o en ligeros mantos. El viento, al provocar la rotura de los cristales reduciéndolos a finas partículas, da lugar a la nieve venteada.
Los estados de los cristales de nieve al llegar al suelo se pueden clasificar en dos grandes grupos:
a) La nieve polvo. De cristales más o menos perfectos, que no se aglutinan entre sí y presentan sus ramificaciones intactas. Contienen gran cantidad de aire en su masa, y son ligeros de peso (alrededor de 50 kg/m3). También recibe el nombre de nieve seca porque no moja los vestidos. Tanto la nieve granulada como la venteada son asimismo nieve seca, aunque su peso es mayor (de 100 a 200 kg,/m3) debido a que contienen menos cantidad de aire.
b) La nieve recién humedecida. Cae en copos de aspecto algodonoso que alcanzan tamaños de cierta magnitud. Se comprime muy rápidamente por la acción de su propio peso (varios cientos de kg/m3), debido a que contiene poco aire y en cambio cierta cantidad de agua, y es pegajosa.
Las medidas de una nevada se establecen de acuerdo con la altura en centímetros de la capa depositada en el terreno. Se habla de nevada débil cuando la altura es menor de 25 cm. La media oscila entre los 25 y los 50 cm. Es fuerte la capa de entre 50 y 70 cm., muy fuerte la que alcanza de 70 cm. a 1 m., y a partir de esa altura se considera excepcional.
LA METAMORFOSIS DE LA NIEVE
Desde los meses de octubre a noviembre, en la montaña van acumulándose las sucesivas nevadas hasta construir un apilamiento de estratos que llamamos manto nivoso. Los cristales de nieve originales (nieve fresca) experimentan continuas transformaciones o metamorfosis hacia formas granuladas (nieve evolucionada o nieve vieja). Las modificaciones en la estructura de la nieve y sobre las propiedades mecánicas de sus granos influyen directamente en la estabilidad o inestabilidad de la nieve sobre las pendientes.
Los factores que intervienen en la metamorfosis de la nieve son el sol, la temperatura, el viento y la lluvia.
Acción del sol. El sol actúa directamente sobre la masa de nieve con independencia de la temperatura, aunque sólo en los lugares expuestos a sus rayos, es decir, los de orientación sur y orientación oeste. En invierno, los rayos oblicuos ejercen una acción superficial. Los cristales así fundidos son convertidos por las heladas nocturnas en la llamada costra de sol, que al cabo de varios días ve aumentado su grosor y se hace dura y resistente: es la nieve helada, lisa y duradera. En primavera la acción del sol es más intensa, por penetrar en la masa con mayor profundidad. Se forman así nieves viejas, granulosas, con abundante agua, que son las denominadas nieve primavera; las masas de este hielo que subsisten en verano reciben el nombre de neveros. La nieve primavera aparece a primeras horas helada; es granulosa si funde en superficie, y nieve mojada cuando funde en profundidad. Las temperaturas primaverales altas que funden toda la masa dan lugar a la nieve chorreante que se denomina podrida.
Acción de la temperatura. La temperatura es, sin duda, uno de los elementos que más intensamente influyen en la transformación de la nieve recién caída. Sus efectos, sin embargo, sólo alcanzan a unos 30 cm. de profundidad de la masa nevada debido a que la nieve es mala conductora del calor. Las elevaciones de temperatura provocan la fusión de los cristales, que pierden las agujas y la forma de estrella. Aumenta, asimismo, el peso y disminuye el aire contenido; los cristales se aglutinan y la nieve adquiere una textura pastosa. Es la llamada nieve húmeda, que cuando por efecto de la fusión se hace más granulosa y aumenta en agua recibe el nombre de nieve mojada. Por el contrario, la disminución de la temperatura provoca que en la nieve en polvo se modifique la estructura de los cristales aumentando la ramificación de su radios. El interior, por efecto de la sublimación, permanece invariable. En el caso de la nieve húmeda, el agua de fusión se hiela superficialmente, lo que da lugar a la nieve costra, quebradiza, que protege el resto de la masa y en caso de persistir el frío se convierte en nieve en polvo. AI actuar el frío sobre una nieve mojada que antes haya padecido con intensidad la acción del deshielo, los efectos penetran más en el interior de la masa a causa de la gran cantidad de agua contenida. Se forma entonces una corteza espesa, dura y persistente que es la nieve helada granulosa, propia de la primavera. La congelación de capas de aire saturadas de humedad (niebla.) produce cristales de escarcha, que tienen formas especiales y diversas, recubren todos los objetos con una capa que puede alcanzar los 15 ó 20 cm. de espesor y recibe los nombres de nieve granulosa, hojarca o pajiza.
La acción del viento. Es diferente a temperaturas por encima o debajo de 0° C. Por debajo de 0° C, el viento no afecta a la nieve helada o costra, pero sí a la nieve en polvo, a la que arrastra. por su escaso peso levantando la conocida ventisca (nubes de cristales que se desplazan a la velocidad del viento). La nieve de ventisca se deposita en lugares abrigados formando planchas, muy peligrosas en las pendientes debido a su inestabilidad, ya que contienen cristales rotos, poco aire y bastante pesada. En las laderas de barlovento, el viento prensa los cristales que al soldarse forman la costra del viento, quebradiza si es superficial y dura y resistente (placa de viento) si es más profunda y adherida a la superficie. Ambas tiene un color mate y blanquecino lechoso.
Por encima de los 0° C, el viento ejerce un efecto de fusión, mayor cuanto más caliente y fuerte sea, en todo el interior de la masa. Los cristales se hallan en fusión y no pueden ser arrastrados. Su acción es mucho más intensa. que la del sol. La acción de 1a lluvia. Un chaparrón puede actuar de formas muy diferentes sobre una capa de nieve. Provoca una erosión superficial, creando cavidades y estrías que favorecen la adherencia de otras nieves. También calienta la nieve de superficie, y si eleva su temperatura por encima de los 0° C puede iniciar la fusión de los cristales. En contrapartida hace disminuir la cohesión de la nieve, debilita su resistencia y provoca que la capa. aumente su peso por la retención de agua, lo cual aumenta el riesgo de deslizamientos en avalancha en las laderas. Si el frío sucede a la lluvia, la capa de hielo formada se solidifica por congelación del agua dando consistencia y estabilidad a la masa.
EL MOVIMIENTO DEL AGUA DE FUSION EN LA NIEVE
La nieve acumulada a lo largo del invierno forma diversos estratos que corresponden a cada una de las nevadas. El estado de transformación de cada estrato depende de las pausas entre nevadas y de las metamorfosis sufridas en cada capa por la acción de los distintos agentes. Unos estratos se endurecen, comenzando por la superficie, mientras otros quedan sueltos en el interior de la masa en lo que se denomina capas de resbalamiento.
A fines de invierno y en primavera el agua de fusión penetra en varios niveles pasando entre los cristales. Ello ocasiona la formación de diferentes niveles de agua, con movimientos por pisos, que dan lugar a salidas al exterior por los puntos de fractura de la masa y que se reconocen por la existencia de pequeños carámbanos. Algunos estratos, también a consecuencia del agua, se convierten en estratos lubrificadores.
Cuando el agua de fusión llega hasta la superficie del terreno, las bolsas de aire formadas hacen despegar la masa del suelo.
Durante los períodos de helada, el agua de fusión aumenta el tamaño de los cristales, pero también el vapor de agua contenido en la masa y sublimado por la helada da lugar a unos cristales de nieve en forma de cosas que dan a la masa una textura esponjosa llamada escarcha profunda y que, al igual que los estratos lubrificadores, es peligrosa si se encuentra en laderas por el riesgo de desplazamiento que implica.
Teste de Camadas
Por: Milton Marques