- Ascendieron una montaña emblemática, la más alta del Paine, de 3.050 metros.
Su intención de seguir escalando en la Patagonia manifestaron los integrantes de la expedición que el pasado fin de semana llegó a la cumbre principal en el Paine Grande, siendo los terceros que alcanzan este logro, los primeros en invierno e integrado por una mujer.
La expedición fue encabezada por Camilo Rada y conformada por María Paz Ibarra y Sebastián Irarrázabal.
Camilo Rada lleva más de 12 años realizando andinismo, y el año pasado integró una expedición que trató también en invierno escalar el Paine Grande, sin lograrlo.
Este año tres de ellos volvieron a intentarlo con el apoyo de la empresa Vertical. Rada calificó el Paine Grande como una montaña emblemática, la más alta del Paine (3.050 metros) y hermosa.
“Es una montaña muy bonita, muy llamativa, que tiene una vista espectacular y había sido ascendida solamente dos veces y nunca en invierno”, resaltó.
La ventaja del invierno
Aunque el invierno tiene una serie de desventajas, como los días muy cortos y las bajas temperaturas, tiene algunas virtudes como un clima más estable, con menos viento y con hielo y roca más firmes. A ello se suman las bajas precipitaciones de lluvia.
“Lo ideal para nosotros es mantenernos siempre en condiciones de alta montaña, o sea, nieve seca no lluvia. Cuando se mezclan condiciones de lluvia en la base de los cerros y de alta montaña en la cumbre se produce un tema muy complicado, porque abajo se te moja el equipo y arriba se congela”.
Los primeros días enfrentaron algunas lloviznas, pero débiles.
Mayor dificultad
Con anterioridad muchas expediciones han llegado hasta el denominado plateau del Paine Grande. Sin embargo la pirámide final de aproximadamente 500 metros de altura, es de hielo sumamente duro y con mucha pendiente. En algunos sectores es prácticamente vertical.
“Los últimos 40 a 50 metros, tiene lo que se denominan los hongos cumbreros, que son unos hongos de escarcha muy inconsistentes”.
En este hielo frágil nada queda muy firme, ya que tiene mucho aire por lo que se desarma al instalar los clavos.
Salieron a las 4 de la mañana del sábado para llegar el domingo a las 3 de la madrugada. La última parte debieron alumbrarse con linternas.
“Escalamos de noche porque fue una escalada que nos demandó prácticamente 24 horas en la pared. No nos quedó otra que seguir de noche”, relató.
La oscuridad los sorprendió cuando se encontraban a la mitad de la pared de hielo. Estaban colgando, las condiciones eran buenas, sin viento y despejado, Allí Camilo Rada conversó con María Paz Ibarra y decidieron seguir escalando (Sebastián Irarrázabal había tenido que descender a mitad de camino por agotamiento).
Escalar de noche tiene mayores riesgos, entre ellos, incluso que caiga un pedazo de hielo desde la altura que no podrían ver.
Esta expedición marca una serie de hitos, sin embargo Rada manifestó que “yo no me engancho mucho con ese tema, pero me siento muy satisfecho de haber subido esa montaña, de haber estado en esa cumbre que es una sensación indescriptible, porque uno sabe lo que cuesta”.
Destacó el conocimiento que lograron con la expedición realizada el año pasado. “Fue una experiencia realmente linda que disfrutamos mucho con mis compañeros”.
Ahora vienen varios desafíos que les interesan. En lo personal, una montaña que han intentado junto con María Paz Ibarra en tres oportunidades en el Campo de Hielo. Se trata del cerro Buracchio. El monte Sarmiento en la cordillera Darwin sería el otro desafío a abordar.
Fuente: http://www.laprensaaustral.cl/
Por: M.Marques
milton@mxb.com.br
Nenhum comentário:
Postar um comentário