Cordillera Real (Bolivia) (Christopher Walker)
La historia de Isabel Suppé es una de aquellas en las que el montañismo se reconcilia con la épica y la aventura en estado puro. El año pasado, esta alpinista alemana afincada en Argentina sufría un grave accidente en el Cerro Condoiri, un cincomil de la Cordillera Real de Bolivia. Según contaba la noticia de AltaMontanha a principios de agosto de 2010, su compañero de cordada el australiano Peter Cornelius Wiesenekker perdió pie y arrastró a Suppé en una larga caída montaña abajo.Ambos se despeñaron unos 400 metros, pero continuaban con vida una vez se detuvieron sobre el glaciar. Durante ese descontrolado descenso, Isabel Suppé estuvo a punto de clavarse el piolet en el vientre y se fracturó la pierna derecha por varios sitios. Incapaces de moverse por las heridas, pasaron dos noches a la intemperie. Seguramente durante la segunda noche, Wiesenekker falleció de hipotermia.
Isabel Suppé fue rescatada al tercer día, tras haber perdido mucha sangre por una fractura abierta y sufrir congelaciones leves. Ya en el hospital, tuvo que pasar por el quirófano en varias ocasiones, con el riesgo de no poder volver a andar e incluso de perder la pierna fracturada. Sin embargo, su recuperación sorprendió incluso a los médicos y en poco tiempo empezó a volver a escalar de nuevo.
Rescate de Isabel Suppé en la Cordillera Real (Bolivia) en 2010
En los primeros meses del año, practicó algo de escalada en roca en Brasil. Después, viajó hasta los Andes argentinos, donde ascendió el Nevado de Cachi (6.380 m) valiéndose de unas muletas para no perjudicar más de lo debido sus maltrechas piernas y pies.
Regreso a la Cordillera Real
Menos de un año después de haber sufrido la caída que la puso al borde de la vida y la muerte, Isabel Suppé volvía este verano a la Cordillera Real boliviana. Todavía con las muletas, se fue al Serkhe Kollu (5.546 m) con el también alemán Robert Rauch, de 53 años y con una larga experiencia en la zona. Juntos decidieron ir a ascender alguna nueva ruta entre el gran potencial de estas montañas. El resultado fue una línea de 500 metros de recorrido, con una inclinación máxima de 95º de hielo y una dificultad entre TD+ y ED-.
Según cuenta la propia Suppé a AltaMontanha, “la ascensión de ida y vuelta al campamento base duró 22 horas. Pero eso porque acampamos muy bajo, porque el coche de Robert no quiso subir más y porque no instalamos ningún campo de altura. Además de eso, dejé mis muletas en la base de la pared –donde empecé la escalada vertical con los piolets- y tuvimos que volver hasta allí para recuperarlas. También nos perdimos una vez durante el regreso por la ruta normal que no es técnica, al equivocarnos de sendero en plena noche. En la pared estuvimos unas 10 horas”.
Esta ascensión no era un punto final, sino una parte del camino alpinístico en la segunda vida de Isabel Suppé, que ya tiene planeado intentar abrir otra nueva ruta en la Cordillera Real con Robert Rauch en cuanto las condiciones meteorológicas y la nieve se lo permitan.
Fuente: AltaMontanha
Por: M.Marques
milton@mxb.com.br
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