El austriaco Florian Hill y el alemán Robert Rauch realizan una impresionante actividad en la Cordillera Real boliviana. Empezaron abriendo una nueva línea en el Illimani, en un ataque de 21 horas, y terminaron con una travesía de cuatro picos más.
Los Andes Bolivianos no son un lugar especialmente frecuentado por la comunidad mediática del alpinismo de alto nivel. El Illimani (6.438 m) es el pico más alto de la Cordillera Real boliviana, y su cara sur fue el escenario elegido por el austriaco Florian Hill y el alemán Robert Rauch para abrir una nueva vía y vivir una aventura en toda la regla.
El dúo centroeuropeo volvió a casa con la nueva Deliver me (VI, WI6, M6+, 1.700 m) en el bolsillo, tras un ataque ininterrumpido de 21 horas, al que siguió la travesía de cuatro picos más. En total, siete días desde que salieron del campo base hasta que regresaron a él.
Todo empezó el 24 de julio, según informa Alpinist, cuando Hill y Rauch dejaron atrás su campo base en direcció a la línea que habían estado trazando desde la distancia. Una línea que no habían podido contemplar íntegramente.
Primer vivac
Realizaron la aproximación a través de pendientes pedregosas y roca frágil, hasta alcanzar una zona de seracs que conducía a un corredor de hielo en fuerte pendiente. Al ver que sería más seguro moverse entre los seracs durante las frías horas matinales, decidieron montar su primer vivac allí mismo.
El 25 de julio, Hill y Rauch se pusieron en marcha hacia las 3 h de la madrugada, superaron los vivacs y en poco tiempo estaban escalando el corredor de hielo, que alcanzaba inclinaciones de hielo de hasta 95º. Las dificultades se sucedían las unas a las otras, variadas pero continuas. Después del hielo, tuvieron que realizar una travesía extremadamente expuesta, sobre roca frágil hasta una pared de hielo de 150 m de ancho.
En plena travesía del hielo, los dos alpinistas empezaron a sufrir los desprendimientos de unos seracs situados por encima. Según cuentan, pudieron esquivar por poco la caída de uno de ellos. Tras un breve respiro, decidieron atacar el tramo más peligroso a la máxima velocidad posible y sin cuerda.
Hielo fino
Ya en los 6.000 m de altura, y después de la caída cercana de medio serac, Hill y Rauch se toparon con un nuevo muro de hielo. Dicho hielo se convertía en más y más delgado a medida que subían, y en este punto los alpinistas eran ya incapaces de introducir más de una cuarta parte de sus tornillos más cortos. Escalando sobre esos precarios seguros, no descansaron hasta la medianoche, cuando montaron un nuevo vivac, ya bajo la cumbre.
< Esa noche, en la que compartieron una esterilla térmica de 50 cm de ancho y un saco de dormir, la temperatura alcanzó los -27º C. Tras ese breve e incómodo descanso, alcanzaron la cima, completando su nueva ruta Deliver me.
Una vez allí, austriaco y alemán continuaron con la travesía del macizo Illimani, en dirección este. Así, ascendieron el Pico Likho Linkho, el Pico Layca Khollu, el Pico Central y el Pico Sur durante las trse jornadas siguientes. Regresaron al campo base el 31 de julio, tras una actividad que, según ellos mismos , “devuelve a la palabra aventura su significado original”
Fuente: Alpinist.com
Por: M.Marques
milton@mxb.com.br
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