Basta señalar que El Chaltén se ganó el mote de «Capital Nacional del Trekking» para tener una idea clara de las razones que motivan una visita a este pequeño poblado, ubicado en el frío y lluvioso oeste de Santa Cruz, en el límite del Parque Nacional Los Glaciares. El desafío no es para inexpertos o flojos de voluntad, y tampoco perdona a los poco previsores, pero el premio es realmente muy alto: un majestuoso paisaje coronado por los cerros Fitz Roy y Torre, toda la agreste belleza de la cordillera patagónica y noches bajo uno de los cielos más estrellados del mundo. Andar a pie es la única forma de recorrer los circuitos. Tras horas de caminata se llega a lagos, glaciares y bosques autóctonos de lengas y ñires.
Existen sendas turísticas, de baja dificultad, buena señalización, suaves pendientes y escasa longitud; y de montaña, que por su extensión y localización requieren de una evaluación permanente para transitarlas.
Los circuitos
Si sólo se desea una aproximación al terreno, hay caminatas de cerca de una hora. Partiendo del Centro de Visitantes, y tras 45 minutos de marcha moderada, se arriba al Mirador de los Cóndores, un punto panorámico desde donde se observan las principales montañas circundantes, el valle del río De las Vueltas y la localidad de El Chaltén. El camino transita entre la estepa y manchones de bosque de ñire y brinda la posibilidad de avistar cóndores, águilas y halconcitos. Otra panorámica interesante se obtiene desde el Mirador de las Águilas, con vistas al lago Viedma, la bahía Túnel y el cerro Pirámide.
Una tercera opción de dificultad baja es el Chorrillo del Salto, una cascada de 12 metros de altura rodeada por un bosque de lengas y ñires.
Pero las opciones señaladas hasta aquí son consideradas un juego de niños para la mayoría de los aventureros que llegan hasta El Chaltén y que suelen apuntar al cerro Fitz Roy, macizo de granito de 3.375 metros, casi siempre rodeado de nubes. Un buen entrenamiento físico es condición necesaria para emprender esta misión.
La Laguna de Los Tres es muy visitada, ya que allí se ve en primer plano el glaciar homónimo y el Fitz Roy. Aquí hay dificultad media hasta el campamento de Laguna Capri y alta hasta la laguna. Son cuatro horas de caminata de ida que llevan por bosques altos y sectores abiertos expuestos al viento, pero con excelentes vistas del valle del río De las Vueltas.
El campamento Río Blanco es parada habitual en un esfuerzo de 12,5 kilómetros que hace conocer la dureza del clima de la Patagonia sur. La recompensa final es la mejor vista que se puede tener del Fitz Roy desde un trekking.
Fuente: http://www.ambito.com/
Por: M.Marques
miltonmarques@meridies.com.ar
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