terça-feira, 3 de abril de 2012

Montañistas y trekkineros: el "mal de alturas" tendría los días contados

Un nuevo estudio sugiere que tomar ibuprofeno antes de viajar a zonas de altura ayudaría a algunas personas a evitar el dolor de cabeza y las náuseas que produce el llamado “mal de altura” . Aún así, el estudio no asegura si el bienestar se produce sólo porque la droga alivia el dolor. Los doctores invitan a experimentar.

El equipo del doctor Jeffrey Gertsch, de la Facultad de Medicina de la University of California, en San Diego, EEUU, le pidió a un grupo de voluntarios que condujeran unos pocos kilómetros para ascender de unos 1.200 a unos 3.650 metros en las Montañas Blancas de California. La mitad de los participantes tomaron 600 miligramos (mg) de ibuprofeno tres veces por día, desde seis horas antes del ascenso. La otra mitad tomó placebo (grupo de control). Los participantes permanecieron una noche en la altura. El 43 por ciento del grupo tratado con ibuprofeno desarrolló mal de altura agudo, con un dolor de cabeza grave y por lo menos otro síntoma, comparado con el 69 por ciento del grupo de control. Ocho voluntarios tenían síntomas lo suficientemente graves como para necesitar tratamiento, seis con ibuprofeno y dos con placebo, según publica Annals of Emergency Medicine. Los autores estimaron que cuatro personas necesitarían tomar ibuprofeno antes y durante un viaje a la altura para evitar que una se enferme. Gertsch dijo que el estudio no puede responder si el ibuprofeno reduce los síntomas de la altitud al aliviar el dolor o si realmente ataca el origen de esos síntomas, incluida la inflamación y los cambios vasculares. Si sólo alivia el dolor, el especialista consideró que eso podría ser preocupante para los que viajan a zonas de altura. “Podría crear una falsa sensación de seguridad (…) y generar muchos problemas” en zonas altas con poco oxígeno. Los investigadores, según opinó Gertsch, necesitarán medidas objetivas para determinar el mal de altura antes de que puedan responder aquella pregunta. Los autores coincidieron en que el ibuprofeno es una opción para las personas que no quieren tomar fármacos recetados. La acetazolamida puede producir nauseas y fatiga, que son síntomas del mal de altura, mientras que la dexametasona eleva los niveles de azúcar en sangre y altera el sueño. Cada píldora de ibuprofeno cuesta un peso o dos. “Las personas podrían probarlo (…) y ver si les da resultado”, dijo Roach, que recordó que el ibuprofeno también puede provocar efectos adversos, como problemas estomacales. Sin embargo, cuando se trata de viajar a zonas de altura, consideró “que no existe nada que reemplace la planificación cuidadosa, lo que incluye ascender por etapas y lentamente“.

Fuente: Reuters
http://www.mdzol.com/
Por: M.Marques
milton@mxb.com.br

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