sexta-feira, 5 de agosto de 2011

Día del Montañés

Pioneros del esquí en Bariloche (Argentina) desfilarán por el Día del Montañés con indumentaria de la década de 1930. En esta ocasión esquiadores que dieron nacimiento a la Carrera del Esquí desfilarán con la indumentaria, esquíes, bastones y ropa de la época de las primeras ediciones de esta competencia. Aquí le contamos una breve reseña.

Esta foto pertenece al primer equipo Olímpico Argentino de Esquí, Año 1948, realizado en Saint Moritz, Suiza. Integrantes: El señor de la izquierda sin número es el entrenador Bruno Rotta. El Nº 25 Pablo Rosenkjer; Nº 24 Miguel Anfuso; Nº 27 Sr. Granero; 26 Sr. Cernuda; Nº 23 Aristeo Benavidez; Nº 22 Gino De Pellegrin; Nº 20 Beni Del Carril; Nº18 Luis De Rider; Nº 16 Otto Jung.- (Gentileza Julio Fernandez)

Hoy se conmemora el Día del Montañés y con motivo de esta efeméride se realizará el tradicional desfile por la calle Mitre. En esta ocasión pioneros esquiadores de Bariloche que dieron nacimiento a la Carrera del Esquí desfilarán con la indumentaria, esquíes, bastones y ropa de la época de las primeras ediciones de esta competencia.
El inicio del esquí en Argentina se remonta a los años 1905-1906, durante la construcción del ferrocarril, entre Mendoza y CHILE, algunos ingenieros Europeos conocían el esquí y fueron los primeros en practicarlo en esa zona.
Alrededor de los años 1910/11, comenzó en esta Región de los Lagos. Algunos mayordomos de estancias, como Don Ernesto Riquet, recorría la estancia con esquíes y además realizaban excursiones por los alrededores.
En 1920, El ingeniero Otto Muhlenford, construyó en la Isla Victoria uno de los primeros esquíes de la zona, un par de esquíes de Ciprés, que posteriormente se los vendió a Don Otto Meiling.
También por los años 1924/6 el señor Otto Alberti, que era el encargado del Vivero de la Isla Victoria practicaba el esquí. Los cerros más visitados por aquellas épocas eran, el cerro Otto, Cerro Ventana y Ñireco. Y en la zona de Vila Angostura el cerro Dormilón.-
En el año 1926, El señor Gerardo Fichbach, encargado del Hotel Puerto Blest, utilizaba esquíes para trasladarse desde el Hotel hasta Puerto Alegre, Laguna Frías.
En 1931se funda el Club Andino Bariloche, por iniciativa de; Don Emilio Frey, J,J. Neumeyer, Reinaldo Knapp y Don Otto Meiling.-
El cerro Otto fue la cuna del esquí Deportivo, en 1932 se realizó el Primer campeonato de esquí Alpino del país.-
En esa oportunidad una de las ganadoras fue en la categoría damas: Dolly Frey.
Ya para 1934, llegan a Bariloche los Primeros turistas de invierno y en 1936 Parques Nacionales contrata al afamado esquiador; Hans Nobel, para realizar un estudio y elegir un lugar para hacer un centro Invernal, después de recorrer la región y la zona de Villa La Angostura (Cerro Dormilon) elige el Cerro Catedral, y alrededor del año 1937 se inicia la construcción del Cable Carril, pero debido a la segunda guerra, se paralizan los trabajos y continúan alrededor del 1949 y se inaugura en el año 1950.

Los pioneros

Algunos de los Pioneros del esquí y la montaña: Otto Mulhenfordt, , Don Emilio FREI, J,J. NEUMEYER, Reinaldo KNAPP , Don Otto MEILIN, Roberto Runge, Alfredo Sauter, Antonio De Pellegrin, Roberto Asenjo. Primeros fabricantes de esquíes: Heriberto Tutzauer, Leopoldo Baratta, Carlos Oertle, Colucci, Otto Meiling.
De acuerdo a distintos estudios e investigaciones, se concluye que el esquí comienza hace mas de 4.500 años , en sus inicio fue un medio de transporte para trasladarse de un pueblo a otro, lo utilizaban los cazadores, los chasquis para llevar la correspondencia de un sitio a otro, muy útil para los cazadores , los Ejércitos Nórdicos fueron los primeros en incorporarlo, y fue fundamental su uso, ya que les permitía desplazarse sobre los suelos nevados y helados con gran facilidad y velocidad. Según cuenta la historia ganaron varias Batallas gracias a su uso. En nuestro país uno de los primeros Militares en practicar el esquí Fue el General Perón, siendo uno de sus Profesores el recordado Gustavo Kammerer.-

El Intendente Municipal, Marcelo Alejandro Cascón, conjuntamente con el Club Andino Bariloche, tienen el agrado de invitar a la comunidad a participar de los Actos Conmemorativos del “Día del Montañés”.

Fuente: http://noticiasoutdoor.com
Por: M.Marques
milton@mxb.com.br

Los Pou y Hervé Barmasse abren ‘La classica moderna’ en el Monte Bianco

Finalmente, la meteorología ha dado opción a los hermanos Iker y Eneko Pou quienes, junto a Hervé Barmasse, han conseguido realizar un nuevo itinerario en la vertiente sur del Mont Blanc, dentro del proyecto Exploring the Alps del guía italiano.

A la más mínima oportunidad que les ha dado la meteorología en este verano de condiciones invernales, Hervé Barmasse y los hermanos Iker y Eneko Pou han conseguido su objetivo de abrir una nueva vía en la vertiente sur del Monte Bianco. Su creación lleva por nombre La classica moderna, tiene 1.000 metros de recorrido y una dificultad de hasta 6c. La ruta se encuentra situada en el pilar izquierdo del Brouillard, uno de los sectores más salvajes del Monte Bianco. Su recorrido consta de 11 largos que ascienden los 350 metros que conforman la parte nueva; para enlazar después con la arista del Brouillard hasta la misma cumbre.

Los hermanos Pou llegaban a su cita con Barmasse con los deberes hechos en cuanto a la preparación. Confiesan que se habían entrenado específicamente, tanto en casa como en las últimas semanas en Alpes, donde realizaron tres clásicas en Dolomitas a vista y en el día, y ascendieron el Breithorn (4.160 m) en dos ocasiones para aclimatarse a la altura.

Crónica de la actividad
Los tres alpinistas necesitaron un total de cinco días de actividad para hacerse con su nueva vía. El 28 de julio se desplazaron hasta el refugio Monzino (2.590 m), para continuar subiendo al día siguiente hasta el pequeño refugio Bivacco Eccles (3.850 m). Desde allí, el sábado 30 de julio empezaban a abrir los primeros largos de La classica moderna propiamente dichos. De hecho, el primer largo, de 45 metros, es el que concentra una mayor dificultad en cuanto a grado (6c). Ese mismo día, llegarían los 40 metros 6a+ del L2 y los 50 metros de V del L3.

Después de retirarse a pasar otra noche en el Bivacco Eccles, el domingo 31 de julio iniciaron el ataque definitivo a la vía, partiendo poco después de las seis de la mañana. Nueve horas y media más tarde, habían concluido los once largos de la línea, tras haber superado cinco nuevos largos de sexto grado (especialmente intenso el L6, de 50 metros y 6b+) y un par sobre terreno mixto (L4 M5 de 20 m y L7 M4 de 15 m).

Pero ahí no terminaba todo. En lugar de volver a descender rapelando por la misma vía una vez habían superado las mayores dificultades, tenían claro que su ruta tenía que terminar en la cumbre, como marcan los cánones del alpinismo clásico. Así que se lanzaron a reseguir la larga arista del Brouillard, superando 650 metros de desnivel más, con dificultades de hasta IV grado y arista de nieve en la parte final.

Decidieron dar por terminada la jornada pasada la medianoche, con un vivac en un pequeño nido de águilas en la arista, a 50 metros de la cumbre del Mont Blanc de Courmayeur (4.748 m) y “con medio cuerpo suspendido sobre un vacío de 2.000 metros de desnivel”, comentan ellos mismos en su blog. A las nueve de la mañana siguiente alcanzaban la cumbre del Mont Blanc (4.810 m).

Hervé Barmasse y los hermanos Iker y Eneko Pou, en el L10 (6b, 40 m) (Damiano Levati)

Una vía modernamente clásica
Según cuentan los propios hermanos Pou en su blog, “la denominamos La Clásica Moderna porque seguimos la misma filosofía que ya implantara el legendario alpinista italiano Walter Bonatti con su apertura al vecino Pilastro Rojo en 1959. Esto es: Portear todo el material hasta la base por nuestros propios medios (entre 8 y 10 horas), no utilizar expansivos e intentar abrir una línea lógica sobre fisura, y finalizar la ruta en la misma cumbre del Mont Blanc. Para que os hagáis una idea de la diferencia de acabar en la cumbre, o volver a descender al refugio-vivac de Eclecs una vez terminada la parte de roca difícil es que la apertura propiamente dicha la finalizamos a las 15:45 pm, y estuvimos escalando primero hasta la arista del Brouillard y después hacia el Mont Blanc hasta las 12:15 de la noche, que paramos a vivaquear, para acabar llegando a la cumbre a las 9 de la mañana del día siguiente. La diferencia básica entre lo que realizara Bonatti hace 52 años y en lo que hemos hecho nosotros ahora sólo estaría en la dificultad -Bonatti abrió V+ y nosotros 6c- pero en síntesis, la filosofía de escalada limpia (sin parabolts) basada en la destreza, habilidad y valentía que impondría el alpinista italiano, es la que nosotros hemos querido seguir durante nuestra apertura”.

Además, los Pou consideran que “sin lugar a dudas esta ascensión es un paso de gigante en nuestra carrera alpinística, por lo que supone para nosotros haber conseguido abrir una ruta en el Mont Blanc, 19 años después de haberlo ascendido por primera vez por la ruta normal en compañía de nuestro padre e Ibon y Félix Saint Boisse. Especialmente emotiva para nosotros fue la llamada de teléfono que desde la misma cumbre y a las 9 am realizamos a casa para darles la noticia, al igual que la que posteriormente le haríamos a Ibon. La media hora que duro la travesía desde el Mont Blanc de Courmayer hasta la cumbre principal nos supo a gloria, y fuimos capaces de empezar a disfutar de lo conseguido a pesar del enorme esfuerzo y el cansancio acumulado.”

La apertura de La classica moderna es la segunda etapa del proyecto Exploring the Alps que lleva a cabo Hervé Barmasse y que consiste en abrir nuevas vías en las tres montañas más emblemáticas del Valle de Aosta. En primavera, el alpinista italiano ya escaló en solitario una nueva vía al Cervino. Dentro del programa de este proyecto, sólo le queda por cumplir el último reto: una nueva línea en las paredes del Monte Rosa.

Fuente: http://desnivel.com/alpinismo
Por: M.Marques
milton@mxb.com.br

quinta-feira, 4 de agosto de 2011

Nepal volverá a medir el Everest

A lo largo de un siglo y medio, diversas mediciones han otorgado distintas alturas a la montaña más alta del mundo

¿Cómo es de alto el techo del mundo? La respuesta parecía fijada desde hacía décadas en atlas y libros de texto. A un lado, la palabra Everest, al otro, una cifra que imponía respeto: 8.848 metros. Un bonito número, que aún es más bonito medido en pies: 29.029. Por si hiciera falta más magia, su nombre original tibetano, Jomolongma, significa “madre sagrada”. Sin embargo, su altitud está lejos de ser una cuestión zanjada. A lo largo de un siglo y medio, diversas mediciones han arrojado valores entre 8.840 y 8.850 metros. Por fin, esta semana, el Gobierno de Nepal ha decidido hacer valer su soberanía y empezar a tomarle las medidas a su montaña más célebre. Se han dado dos años de plazo.

Hasta ahora, Nepal y la mayor parte de la comunidad internacional habían aceptado la medición hecha por un equipo indio en 1955, un par de años después del primer ascenso al Everest, de Tenzing Norgay y Edmund Hillary. Un siglo antes, los británicos determinaron la altura en 8.840 metros, desde India, sin permiso para poner los pies en Nepal. Fue entonces cuando rebautizaron el Jomolongma como Everest, pese a las protestas del propio George Everest, el anterior geógrafo en jefe de la India británica, un galés, por más señas, que pronunciaba su apellido como “Ivrest”.

Los británicos no fueron los únicos en inventar un nombre para algo que ya lo tenía. Un siglo después, el “reino hindú de Nepal” decidió que su celebérrima montaña merecía un nombre de resonancias sánscritas, y se sacó de la manga Sagarmatha, que significa “frente del cielo” (o del océano) en nepalí e hindi.

En 1999, un equipo estadounidense estableció con ayuda de GPS que la cima alcanzaba los 8.850 metros, cifra de referencia desde entonces para National Geographic. Los científicos sostienen que la presión tectónica que el subcontinente indio ejerce desde hace millones de años contra Asia continental sigue haciendo crecer al Himalaya. Aunque el cambio climático disminuiría el grosor de sus nieves perpetuas.

Sin embargo, otro equipo enviado en el 2005 por China –que por cierto defiende el nombre tradicional tibetano– determinó que la cumbre rocosa del Everest alcanza “apenas” los 8.844 metros y que los cuatro metros restantes no son más que hielo y nieve. El año pasado, China y Nepal oficializaron los 8.848 metros. Sin embargo, el nuevo Gobierno nepalí formado en febrero, en boca del ministro de Reforma Agraria, ha anunciado que Nepal va a echar sus propias cuentas, con nuevas tecnologías y tomando como referencia el nivel del mar frente a Calcuta. Algo que se inscribe en la voluntad de Katmandú de afirmar su soberanía frente a sus dos vecinos gigantescos y reapropiarse de uno de sus símbolos.

No en vano, los permisos para alpinistas son una importante fuente de ingresos para el Gobierno nepalí, que hace un par de meses llamó a una quincena de funcionarios a abandonar sus despachos y ascender el Everest. Nueve lo lograron.

Ocho mil kilos de basura
Un grupo de alpinistashizo esta primavera algomás práctico por el Everest,al librarlo de 8.000kilos de basura, desdebotellas de oxígeno a botellasde plástico. Chinaprovocó protestas cuandoanunció en el 2007que estudiaba construiruna autopista hasta elcampo base. Ahora el nuevoriesgo son los planesde extender a Katmandúel tren Pekín-Lhasa.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/
Por: M.Marques
milton@mxb.com.br

segunda-feira, 1 de agosto de 2011

Una odisea de 16 días para hallar al andinista.

RIESGOS. Los rescatistas caminaron por laderas empinadas, con muchas piedras sueltas y fuertes ráfagas de vientos.

Seis rescatistas que se internaron en el cerro "Las Dos Lagunas" contaron cómo fue vivir con fuertes vientos y dormir a la intemperie. Un ventarrón les rompió una carpa y caminaron muchos kilómetros, arriesgando sus vidas, en una tarea voluntaria.

"¿Cómo estás vestido?", preguntó el piloto desde las alturas. "Tengo una campera roja", contestó Cristian Mur. El andinista estaba recorriendo los últimos metros del cerro "Las Dos Lagunas", cuando el copiloto del helicóptero que volaba por las cumbres había divisado un punto anaranjado. "Ahí te vemos. Pero el copiloto vio algo unos 100 metros más abajo de donde estás vos", afirmó el piloto.

Mur recorrió a pasos acelerados hasta el lugar que le indicaron, y al llegar comprobó que la peor pesadilla se había convertido en realidad. Alejandro Sorondo, el andinista cordobés que se había extraviado en el cerro "Las Dos Lagunas", había fallecido.

El hallazgo se produjo el 23 de julio. La búsqueda había comenzado 16 días atrás, cuando el teléfono de uno de los miembros del Club Andino Tucumán sonó. "A las 13.20 del jueves 7 de julio, recibimos un pedido de auxilio de Pablo Zelaya (el guía de montaña que escaló "Las Dos Lagunas" con Sorondo). La versión inicial era que había una posibilidad de que Alejandro esté con vida. Sin dudarlo, nos juntamos y salimos a la búsqueda", contó Manuel Parajón.

Manuel, junto a sus hermanos Carlos y Hernán Parajón y Marcelo Soria (del Club Andino), el oficial Raúl Agüero (del Grupo CERO) y el andinista Mur, fueron los primeros montañistas que subieron al cerro para buscar a Sorondo. Según el relato de Zelaya, habían salido desde Santa María hacia la cumbre del cerro, y un fuerte viento los sorprendió el 2 de julio. El guía de montaña perdió el rastro de su compañero y bajó hasta Alpachiri, donde avisó a la Policía y los andinistas.

ALTURA. El campamento cerca de la cumbre del cerro "Las Dos Lagunas".

Ninguno había escalado "Las Dos Lagunas", un cerro de unos 5.200 metros de altura, en cuya cumbre hay dos lagunas, y que marcan el límite con Catamarca. "En el andinismo hay códigos. Sabemos que si en alta montaña pasa algo, los primeros que pueden llegar son los colegas", resumió Manuel Parajón.

Levantaron el primer campamento el viernes a la noche. Al día siguiente comenzaron a subir, y a los 3.500 metros tuvieron que detenerse para derretir hielo, porque no tenían agua. "Llegó un helicóptero de Gendarmería Nacional, porque me pidieron que trabaje con los bomberos de Concepción en el estudio de la cartografía. Buscábamos llegar lo más pronto posible hasta Alejandro", explicó Manuel Parajón. Al día siguiente llegó el helicóptero de Córdoba, y los dejó a unos 4.500 metros de altura.

A partir de allí, el grupo se dividió en dos. Con los datos que Zelaya había brindado en la base instalada en Alpachiri, comenzaron a caminar por las laderas. Así, fueron encontrando elementos del accidente, como la carpa y una colchoneta, que iban confirmando parte del relato del accidente.

"Al quinto día de búsqueda bajé con Hernán, que después volvió a subir con otro escalador de Córdoba. Defensa Civil me pidió que les ayude a coordinar el operativo, porque estaban llegando escaladores de todos lados. Había que ordenar un poco, porque si no íbamos a llenar el cerro con gente que no tenia experiencia en altura", comentó Carlos Parajón.

En "vivac"

Cuando Carlos y Hernán Parajón descendieron, un fuerte viento atacó a los cuatro rescatistas que quedaron en la montaña, mientras dormían. "Yo estaba solo en una carpa más chica. La primera noche me desperté dos veces, con la sensación de que el viento tiraba la carpa", relató Mur. "En la otra carpa, sentí que Manuel se movía, y en un momento estaba en el aire", afirmó Agüero.

La noche siguiente, los andinistas tuvieron que dormir en vivac (a la intemperie). "Llegamos al campamento al atardecer, apurados porque ya se veía venir el viento. Quisimos armar la carpa, pero la fuerza del ventarrón no nos dejaba. Primero se quebró un parante, después se fue despedazando el doble techo y la presión sobre los otros parantes hizo que se rompiera el piso", contó Manuel Parajón.

Luego de los 10 días, los integrantes del grupo subieron y bajaron. Era necesario descansar, pero también los recambios de rescatistas eran difíciles, porque hacían falta por lo menos dos días de aclimatamiento para resistir los efectos de la altura. En una de las ocasiones que bajaron a la base de Alpachiri, Manuel y Carlos le mostraban a Zelaya las fotos que habían tomado en el cerro, y el guía de montaña reconoció un canal por donde se había caído. Inmediatamente, Mur y dos andinistas catamarqueños comenzaron a recorrer el canal de hielo señalado. "Estaba en ese camino cuando el helicóptero me avisó del punto anaranjado. Ese día estaba magnífico para volar, porque no había viento. Pero en la montaña era imposible estar. Es horrible: cuando la montaña está muy quieta, se pone muy pesado", contó Mur.

"Sabíamos que Alejandro estaba con una campera amarilla o naranja. En el lugar hay muchas rocas volcánicas y nos hemos ’comido’ una hermosa caminata por ir a buscar algo que vimos por los binoculares, y que resultó ser una piedra"; comentó Manuel Parajón.

Ellos dejaron a sus familias y sus trabajos para rescatar a Sorondo con vida. Lamentablemente, el destino ya había escrito su carta. Y seguramente, no querrán ser recordados como héroes. Simplemente, acataron sus códigos. "Es una cuestión humanitaria", resumió Manuel.

Fuente: http://www.lagaceta.com.ar
Por: M.Marques
milton@mxb.com.br