quinta-feira, 31 de março de 2011

Endesa y RTVE acompañan a Edurne Pasaban en su ascensión al Everest sin oxígeno

La alpinista regresa al Himalaya para ascender al techo del mundo, el Everest (8.848 metros), con sus compañeros Asier Izaguirre, Ferran Latorre y Nacho Orviz.

La alpinista Edurne Pasaban, la primera mujer que en 2010 consiguió ascender los 14 ochomiles, ha presentado hoy en la sede de Endesa, en Madrid, su nuevo reto: Regresa al Everest, la cima más alta de la tierra con 8.848 metros, decidida a llegar a la cumbre sin la ayuda de oxígeno suplementario. Con este ascenso, se convertiría también en la primera mujer en alcanzar la cumbre en la totalidad de los 14 ochomiles sin oxígeno.

Endesa, que ya apoyó a la tolosarra en la consecución de sus últimos tres picos, cobra en esta ocasión aún más protagonismo como compañera de cordada de la expedición. Además de patrocinar la expedición, Endesa ofrecerá, junto a RTVE, una oportunidad única de seguir de cerca la aventura a través de la serie documental “Desafío 14+1: Everest sin O2. Expedición Endesa-Edurne Pasaban 2011”, que se emitirá en La 2 , los domingos a las 21:00 a partir del 17 de abril.

Everest sin oxígeno: el gran reto del Himalaya
El grupo expedicionario partirá el próximo día 4 de abril hacia Nepal. Una vez allí, necesitarán una semana para aproximarse a pie, remontando el valle del Khumbu, hasta el campo base del Everest. Este está ubicado frente a una gigantesca cascada de bloques de hielo, a casi 5.400 metros de altitud. En días siguientes aclimatarán sus organismos a la altitud extrema y trabajarán en la ruta del Collado Sur, la misma que utilizaron los primeros alpinistas, Edmund Hillary y Tenzing Norgay, en 1953. Para Edurne Pasaban es un camino ya conocido, pues fue el que siguió para alcanzar la cima el 23 de mayo de 2001, su primera cumbre de más de ocho mil metros, en aquella ocasión con oxígeno.

El Everest (8.848 metros) es el techo del planeta y, por tanto, el desafío definitivo de cualquier alpinista. La inmensa mayoría de quienes intentan su ascensión se ven obligados a usar bombonas de oxígeno, para suplir en parte la escasez de este gas en altitudes extremas. El aire empobrecido provoca la rápida aparición de congelaciones y mal agudo de montaña en los que superan una cierta cota de altura, conocida como zona de la muerte. Cada año, sólo unos pocos alpinistas expertos se atreven a encarar la ascensión sin dicha ayuda, como en esta ocasión harán Pasaban y sus compañeros. La tolosarra cuenta a su favor con su vasta experiencia tanto en el Everest, que ya intentó una vez sin oxígeno, como en las demás montañas, sólo unos cientos de metros más bajas, donde ha llegado hasta el punto más alto sin necesidad del mismo.

La expedición en nuevo formato documental
La expedición se convertirá, también, en un documental pionero. Se trata de un formato de programa completamente nuevo, fruto de un ambicioso proyecto que incluye dos unidades de producción, una en España y otra en el mismo campo base del Everest, a 5.350 metros de altura. Ambos equipos trabajarán con los medios más avanzados y contrarreloj para filmar, producir, montar y emitir cada uno de los diez episodios de la serie en un intervalo de tan sólo tres semanas respecto a los hechos que narran. De esta manera, se aporta una visión de la expedición sin precedentes: más cercana, más humana y más emocionante.

Al mismo tiempo, la emisión en la noche de los domingos demuestra la firme apuesta de RTVE por la figura de Edurne Pasaban, a la que ha apoyado desde 2003 a través del programa “Al Filo de lo Imposible” y que ahora continúa con esta nueva serie.

La serie cubrirá todos los aspectos de la expedición -desde los preparativos hasta el asalto a la cumbre y el regreso a casa- y de las personas que la forman.

Respecto al equipo humano, Edurne emprenderá la ascensión al techo del mundo junto a sus compañeros habituales: Asier Izaguirre, Ferran Latorre (que de nuevo cumplirá un doble papel de escalador y cámara de altura) y Nacho Orviz, así como a los sherpas que siempre colaboran con la deportista. Al igual que en la doble expedición del año pasado, el médico de Sanitas, Pablo Díaz-Munío, velará por la salud de todos ellos desde el campo base.

Fuente: http://www.dirigentesdigital.com
Por: M.Marques
milton@mxb.com.br

quarta-feira, 30 de março de 2011

Volcán Tupungato

  • Estratovolcán
  • Ubicación Argentina
  • Tipo Estratovolcán
  • Ubicación Argentina\Chile
  • Coordenadas 33°21′21″S 69°46′10,2″O
  • Altitud 6550 msnm
  • Primera ascensión 12 de abril de 1897
  • Vines y Zurbriggen de la expedición Fitz Gerald  
El Volcán Tupungato (voz huarpe: "mirador de estrellas") es un estratovolcán ubicado en la Cordillera de los Andes, en la frontera de la Argentina y Chile. Con su gran altura se gana el privilegio de ser uno de los más altos de Sudamérica. Métodos precisos de medición han arrojado una altura de 6.550 msnm.
Es la montaña más alta de los Andes al sur del Aconcagua y domina los alrededores con su enorme tamaño y representativo cono sobrepasando por muchos metros las cumbres vecinas. Es considerado geológicamente un volcán extinto del pleistoceno, aunque el volcán holocénico Tupungatito, situado inmediatamente al suroeste y con el que a veces se lo confunde, se encuentra en estado de actividad con al menos dieciocho erupciones registradas desde 1829, las últimas de la cuales fueron emisiones suaves de ceniza en 1980 y 1986.

Este volcán es visible desde los valles del centro-norte de la Provincia de Mendoza; desde la ciudad de Santiago de Chile su visión es obstaculizada por los numerosos cordones antepuestos, aunque desde el extremo sur de la capital chilena (puente Maipo de la norte - sur) es posible verlo. De sus faldas nace el río Colorado que finalmente desemboca sus aguas en el río Maipo.


Ascenso
Este volcán es un desafío serio para aquellos montañistas que buscan experiencia en altura: es un seismil alto, aislado, técnicamente simple, aunque tan duro como el Aconcagua. Su caparazón de hielo perenne dificulta, empero, los últimos metros de ascensión. Actualmente la aproximación a esta montaña se realiza por tres rutas, llamadas Norte, Oeste y Sur, siendo todas ellas semejantes si se comparan en términos de distancia y dificultad.

Los primeros en ascender la montaña fueron Matthias Zurbriggen y Stuart Vines, de la expedición Fitz Gerald. Lo lograron el 12 de abril de 1897, tres meses después de que el primero de los nombrados venciera el Aconcagua, situado 80 kilómetros más al norte.

Accidente aéreo de 1947
El 2 de agosto de 1947 un Avro Lancaster de la British South American Airways se estrelló contra uno de los abruptos glaciares cercanos a la cima. El avión fue enterrado por el impacto y las avalanchas y nevadas subsiguientes, lo que hizo imposible dar con su paradero durante los trabajos de rescate y exploración. El 23 de enero de 2000 una expedición de andinistas notaron un brillo metálico en las cercanías, por lo que exploraron el área, recogieron restos metálicos como evidencia y dieron aviso a las autoridades, por lo que poco después un grupo de rescatistas pudo finalmente dar con los restos del avión y sus pilotos, enterrados en hielo profundo desde hacía más de cincuenta años y expuestos en la morrena frontal por acción del avance del glaciar.
Fuente: http://es.wikipedia.org
Por: M.Marques
milton@mxb.com.br

segunda-feira, 28 de março de 2011

Monte Pissis

El Monte Pissis es un estratovolcán inactivo, situado sobre un ramal de la Cordillera de los Andes dentro de la región del altiplano puneño de la Argentina, formando límite entre las provincias de La Rioja y Catamarca. Este volcán es la tercera cumbre de mayor altura de los hemisferios Sur y Occidental, con una altitud de 6.795 msnm.
  • Coordenadas 27°45′16″S 68°47′56″O / -27.75444, -68.79889
  • Altitud 6.795 msnm
  • Cordillera Andes
  • Primera ascensión 1937 por Stefan Osiecki y Jan Szczepanski
  • Ruta roca/nieve/hielo

Toponimia
Si bien es técnicamente un volcán, en la cartografía del IGM argentino figura en la plancheta 1:500.000 Nº 2769 III con el topónimo Monte Pissis.

Los nombres anteriores con que fue conocido el Pissis fueron: Nacimientos del Jagüe, y Pillanhuasi. El nombre moderno fue colocado en 1885 por la Comisión Chilena de Exploración del Desierto, comandada por Francisco José San Román. La nominación fue hecha en honor al geógrafo francés Pedro José Amadeo Pissis, quien sirvió al gobierno chileno en el siglo XIX; aunque el apellido se habría acomodado bastante fortuitamente con el nombre que procede de la voz cacana pissi cuyo significado es "pequeño", pese a las enormes dimensiones de esta montaña tal denominación alude a que no forma parte del ramal mayor de la cordillera de los Andes sino de uno menos extendido. Actualmente se conoce con el nombre de Nacimientos de Jagüé, otro volcán inactivo de 5.835 msnm, el que se encuentra a tan solo 18 km al Este Sudeste del Pissis.

 
Ubicación
Ubicado en la cordillera de los Andes, dentro de la sección sur de los Andes de Atacama, se ubica enteramente en territorio argentino. Políticamente se halla en el límite entre las provincias de Catamarca y La Rioja.
Se accede desde el norte desde la localidad de Fiambalá por la ruta asfaltada al paso de San Francisco (ruta 60) y luego por la quebrada de La Copia, pasando por la depresión de la laguna de los Aparejos y atravesando el Valle Ancho.
Su acceso sur es complicado y luego de transitar el camino al paso de Pircas Negras se recorre la Quebrada del Río del Medio y se atraviesa la cuenca del gran cráter del Inca Pillo.
Su cara norte, englaciada en su mayor parte, es la visión mas difundida del monte y su belleza sobresale en el desierto norteño. La cara sur, de salvaje aspecto, está surcada por un glaciar encajonado entre oscuros espolones.
La cara oeste es la cara oculta del Pissis, solo fue recorrida la zona por dos expediciones (mexicanos 1994 y argentinos 2009) y posee solo una ruta en su extensión. El aspecto de la ladera olvidada es glaciar y entre los 5600 y 5900 metros existe un enorme campo de hielo de más de 40 kilómetros cuadrados de extensión.
Las coordenadas de la cumbre principal son S 27º 45 16,7 W 68º 47 56,34 y la altura brindada por SRTM es 6795 metros, mientras que la oficial de acuerdo al Instituto Geográfico Nacional es de 6882 metros.
Descripción topográfica:

De origen volcánico es un monte de seis cumbres. Catalogado como volcán compuesto la principal característica de este tipo es la existencia de varias cumbres y de cráteres superpuestos. Forma junto a sus cumbres satélites la sierra o cordón del Pissis orientado de Noroeste a Sureste. El cordón del Pissis además de su macizo principal posee ocho cumbres alineadas en sentido aproximado NO SE. Una de ellas (Hombro del Pissis) supera los 6400 metros, otras tres superan los 6000 metros y el resto los 5500 metros. Constituye el borde norte del enorme cráter del Inca Pillo. Forma parte del círculo de los volcanes gigantes junto con el Bonete, Baboso, Reclus, Gemelos y cordones del Bonete y Pissis. Sobresale dentro de su propio cordón y recorta en su parte más alta sus seis cumbres. Las laderas norte del macizo cierran al sur la cuenca de la Salina de la Laguna Verde y es el límite norte de la cuenca de la laguna del Inca Pillo. Ambas cuencas son las de mayor extensión en esa porción de la región y el Pissis adquiere el mayor protagonismo desde ambas depresiones.

Consta de 5 cumbres principales superiores a 6700 msnm, bautizadas en el año 1994 por una expedición conjunta de militares y civiles argentinos y españoles, liderados por Jaime Suarez. Existe una sexta cumbre ubicada al SO de la principal nominada como Pissis IV por la expedición polaca que realizó el primer ascenso de la montaña en 1937.

De este a oeste son: Ejército Argentino, UPAME, Cardenal Samoré, CAM (la más alta de todas según cotas de la carta topográfica nº 2769-34 ED 1, escala 1:100.000, del IGM argentino),Gendarmería Nacional, y Pissis IV.

Cráter Corona del Inca
Hacia el sud sudoeste, a solo 16 km en línea recta de su cumbre, se encuentra el Cráter Corona del Inca, el cual se cree que era la cima de una antigua montaña que se desplomó sobre sí misma durante una explosión volcánica, o bien, que fue producido por el impacto de un meteorito. Forma una abertura de 5 km de diámetro. Gracias a que el agua de deshielo se deposita en su endorreico centro, se ha formado el Lago Corona del Inca, el cual es navegable, siendo el más alto del mundo de esta condición, con 350 metros de profundidad. En 2003 allí se batió el récord mundial de buceo en altura.

La controversia de su altura
Monte Pissis.Existió en el pasado un debate sobre cual era el "volcán más alto del mundo"; se dudaba si era el Monte Pissis o Ojos del Salado; ambos volcanes son argentinos, pero el segundo es también compartido con Chile. Las medidas de ambos volcanes variaban de manera importante.

Las cumbres del macizo (de este a oeste), según la cartografía oficial argentina, miden: 
  • 1...Cumbre Este............(Ejército Argentino).........6870 msnm
  • 2...Cumbre Pissis II.......(UPAME).......................6875 msnm
  • 3...Cumbre Central........(Cardenal Samoré)..........6775 msnm (*)
  • 4...Cumbre Principal......(CAM)...........................6882 msnm
  • 5...Cumbre Oeste..........(Gendarmería Nacional)..6775 msnm (*)
  • 6...Cumbre Pissis IV............................................6825 msnm (*)
(*) Altura intermedia entre cotas según cartografía IGM Argentina (Monte Pissis 1:100.000)

La cartografía oficial argentina, compilada en 1962 y vigente hasta la década de 1990, señalaba una altura de 6779 msnm. Las fuentes utilizadas por el Instituto Geográfico Militar fueron las hojas de la Dirección Nacional de Geología y Minería a escala 1:500.000, del año 1959, el reconocimiento de la Dirección Nacional de Geología y Minería a escala 1:500.000, del año 1962, el mapa de la Catamarca, Subsecretaría de asuntos técnicos, a escala 1:500.000 del año 1952, y la Carta Preliminar del Instituto Geográfico Militar de Chile, a escala 1:250.000 del año 1954. Todas las fuentes señaladas estaban basadas en las medidas tomadas por el ingeniero geógrafo e hidráulico chileno Luis Riso Patrón, y publicadas en su obra de principio del siglo XX sobre Geografía Chilena.

Actualmente las alturas brindadas por SRTM (Shuttle Radar Topography Misión) son las más confiables y no coinciden con las oficiales del IGM argentino en la zona del Pissis. Vale aclarar que en otras áreas concuerdan plenamente con las brindadas por el órgano oficial de Argentina. La información topográfica SRTM está basada en imágenes obtenidas por el Transbordador espacial Endeavour, que despegó el 11 de febrero de 2000. La misión fue diseñada para recoger datos tridimensionales de la superficie terrestre para cual se añadió un mástil de 60 metros de largo, una antena adicional de radar y otros sistemas de navegación más precisos. Esta misión es un proyecto de la NASA, la Agencia Geoespacial de los Estados Unidos, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, y las agencias espaciales de Alemania e Italia. La misión esta coordinada por la Dirección del Programa de Ciencias Terrestres de la NASA, localizado en Washington D.C.. Las medidas según SRTM de las cumbres del Pissis son: 
  • 1....Cumbre Este.............(Ejército Argentino).........6788 msnm
  • 2....Cumbre Pissis II........(UPAME).......................6786 msnm
  • 3....Cumbre Central.........(Cardenal Samoré)..........6685 msnm
  • 4....Cumbre Principal.......(CAM)...........................6795 msnm
  • 5....Cumbre Oeste...........(Gendarmería Nacional)..6675 msnm
  • 6....Cumbre Pissis IV.............................................6747 msnm

 (Datos obtenidos de Janne Corax 2006 y Vicente Marino 2006)

En noviembre de 2005, para corroborar las alturas SRTM y brindar mayor claridad a la medida de la altura de la cumbre principal, el austriaco Peter Schön escaló el Pissis junto con el belga Andy Debakker, para realizar in situ la medición, llevando hasta la cumbre un Trimble DGPS, con el fin de poder limitar al máximo el error posible. Las alturas tomadas, luego de sus correcciones arrojaron 6795 msnm. El error puede ser + / - 10 metros sin embargo, 6795 msnm está de acuerdo con los datos de SRTM que indica una medida ligeramente superior a 6793. A fin de explicar de una manera simplificada la tecnología utilizada, podemos diferenciar por un lado el método llamado absoluto que es el utilizado por los navegadores más sencillos, donde el GPS se encarga de sintonizar la señal de cada satélite, ajustar su reloj, computar las distancias y calcular la posición obteniendo una precisión planimétrica entre 7 m y 25 m (sin Disposición Selectiva), dependiendo de la geometría de la constelación y de la calidad con que llegue la señal. Por otro lado el método diferencial (DGPS) consiste en la utilización de un receptor móvil y una estación (o estaciones) de referencia sobre coordenadas conocidas. La idea básica para comprender el fundamento del DGPS es la utilización de receptores sobre puntos de coordenadas muy bien conocidas; estos receptores (llamados: estaciones de referencia), leen en todo momento las posiciones reportadas por sus observaciones GPS y las comparan con las posiciones teóricas de sus coordenadas conocidas. En tiempo real, las estaciones de referencia transmiten las correcciones a realizar a los receptores del usuario, que también está leyendo directamente la señal GPS y que instantáneamente toma dichas correcciones y las aplica a sus medidas, con lo cual se mejora notablemente la precisión del sistema.

En el año 2007, una expedición franco-chilena exploró el Pissis y el Ojos del Salado para determinar sus altitudes. En sus registros, el Ojos del Salado superó al Pissis (6.891 msnm contra 6.792 msnm, respectivamente). Estas mediciones fueron aceptadas por el Instituto Geográfico Militar chileno y consideradas oficiales para ese país, sin que su par argentino hiciera remisión o admisión alguna.


Ascensiones
Primeras ascensionesEl primer ascenso de la cumbre principal o CAM le corresponde a los montañistas polacos Stefan Osiecki y Jan Szczepanski, que hacen cumbre el 7 de febrero de 1937. Esta expedición permaneció 2 meses en la zona realizando también los primeros ascensos al Ojos del Salado, Tres Cruces (6758 msnm), Nacimiento (6436 msnm), Patos -o Tres Quebradas- (6239 msnm) y Copiapó (6052 msnm). El primer ascenso de la cumbre Este o Ejército Argentino lo realizó la cordada argentina compuesta por Pablo Ojeda y Bonnina del Campo el 21 de enero de 1983; el primero de la cumbre UPAME lo completó el suizo Louis Glausser el 9 de febrero de 1986; el primero de la cumbre Samoré fueron los integrantes del Ejército Argentino dirigidos por José Herminio Hernández; el primero a la cumbre Gendarmería Nacional fueron Guillermo Almaraz y Marcos Cocconi el 11 de noviembre de 1998; y el primero a la cumbre Pissis IV Stefan Osiecki el 7 de febrero de 1937.

Otras ascensiones
En noviembre de 1994, una expedición conformada por civiles (argentinos y españoles) y militares, dirigida por Jaime Suárez González, alcanzó la cumbre del Este o Ejército Argentino. Entre los integrantes militares que llegaron a dicha cima, en su mayoría pertenecientes a la Brigada de Montaña VIII del Ejército Argentino, se encontraban el Teniente Primero Claudio González Vergara (RI Mot 17), el Subteniente Carlos María Fraquelli (RIM 11), el Sargento Primero Baqueano Fernando Roux (Ca Caz M 8), el Sargento Primero Roque Reimann (RIM 16), y el Cabo 1ro Esteban Montoya (Ca Caz M 8). Además, cinco civiles (Jaime Suárez González, David Flores, Laura Suárez, Juan Herrera y Joan Rovira) también alcanzaron dicha cumbre con la mencionada expedición, que contó con el apoyo logístico del Sargento Primero Arancibia y del Sargento Brito, ambos conductores motoristas del RI Mot 17.

En noviembre del 2006 la Provincia de Catamarca organizó "Pissis para el Mundo" de la cual participaron un centenar de montañistas de más de 10 países logrando la cumbre 28 de ellos siendo, hasta la fecha, el mayor ascenso masivo a esta montaña.

Rutas de ascenso
Existen varias posibilidades de ascenso por distintas vertientes:

Ruta normal
La ruta normal de la montaña discurre por la ladera NE (provincia de Catamarca) y se parte desde el campo base Mar del Plata ubicado a 4600 metros. En la primera jornada se accede por una quebrada hasta el punto que se ensancha el glaciar y se instala el campo 1 (5300 msnm). En la segunda jornada se transita por el Glaciar de los Argentinos (NE) hasta alcanzar el emplazamiento del campo 2 cerca de los 6000 metros. En una dura tercera jornada se salvan los últimos 800 metros de desnivel hasta la cumbre y se regresa al campo 2.

Ruta italiana
En la cara sur, la ruta italiana de 1990 permite alcanzar la cumbre principal por el glaciar de los italianos.
Ruta mendocina
En la cara sureste, la ruta mendocina de 1983 alcanza la cumbre Ejército Argentino.
Ruta Reinhard - Glauser
El itinerario abierto por Johan Reinhard y Louis Glauser en 1985 alcanza la cumbre principal realizando una travesía de NE a SO por el glaciar de los Argentinos desde el campamento base Fiambalá.
Ruta del Glaciar Oeste
La ruta mas exigente en cuanto a la aproximación y escalada es la del Glaciar Oeste, abierta recién en 2009.

 
Fuente: http://es.wikipedia.org
Por: M.Marques
milton@mxb.com.br

quarta-feira, 23 de março de 2011

Volcán Domuyo

El Domuyo visto desde la Laguna de Varvarco
  • Tipo Estratovolcán
  • Ubicación Departamento Chos Malal
  • Provincia Neuquén 
  •  País Argentina 
  •  Coordenadas 36°37′40″S 70°25′21″O / -36.62778, -70.4225
  • Altitud 4.709 msnm
  • Superficie s/d m²
  • Cordillera de los Andes
  • Prominencia s/d
  • Era geológica s/d
  • Última erupción s/d
  • Primera ascensión 15 de noviembre de 1903, Padre Lino del Valle Carvajal
  • Ruta s/d
El Domuyo es una imponente montaña de la que nace la Cordillera del Viento, en el norte de la provincia patagonia argentina de Neuquén. Con una altura de 4.707 metros es la montaña más alta de la patagónica argentina, su nombre es de origen mapuche y significa Que tiembla y rezonga, debido probablemente a su actividad geotermal. Se lo conoce como "El Techo de la Patagonia".

Éste, habitualmente llamado volcán, no es catalogado de esta manera por el área de turismo del Neuquén "porque no tiene la estructura del mismo (con chimenea central). Lo denominamos Cerro con actividad volcánica y con entorno de manifestaciones termales", según explicó Matías Castro, jefe del Departamento de Patagonia de Valles y Turismo.

Cima del volcán Domuyo vista desde los 3.200 metros de altura.

Es recomendable tener preparación fisica y técnica para intentar su ascensión. Desde su imponente altura es posible apreciar la Cordillera Sur de la provincia de Mendoza, el noroeste neuquino y el vecino país de Chile, y volcanes como el Copahue, Antuco, Sierra Velluda, Nevados de Chillán, Tromen y los cerros Campanario y Sierra Nevada.

Sus laderas se caracterizan por la infinidad de solfataras, surgentes de aguas calientes y géiseres que han dado origen a la creencia de que el cerro es en realidad un volcán. Se puede visitar transitando la famosa Ruta Nacional 40, desde Chos Malal, y luego la Ruta Provincial 43, pasando por Andacollo.

Fuente: http://es.wikipedia.org
Por: M.Marques
contato@miltonmarques.com

terça-feira, 22 de março de 2011

Nevado Ojos del Salado

  • Situación Argentina, Chile
  • Coordenadas 27°06′34.6392″S 68°32′32.1494″O / -27.109622, -68.542263722
  • Altitud 6.893 / 6.879 msnm
  • Cordillera Andes
  • Prominencia 3.688 m
  • Primera ascensión 26 de febrero de 1937 -Jan Alfred Szczepański y Justyn Wojsznis
  • Ruta roca/altura
El Nevado Ojos del Salado es un estratovolcán enclavado sobre el límite entre Argentina y Chile, perteneciente a la cordillera de los Andes. Con sus 6.893msnm, es el volcán más alto del mundo y la segunda cima más alta de los hemisferios Sur y Occidental, siendo solo superado por el Cerro Aconcagua, con 6.962 msnm.
La montaña, ubicada al Oeste de Fiambalá y al Este de Copiapó, tiene dos cotas máximas, conocidas como la cima argentina y la cima chilena. Ambas son cumbres limítrofes, pues los nombres se deben a que a cada cumbre se accede por rutas separadas, las que comienzan en dichos países. Ambas también se conocen como torreón Este y torreón Oeste, respectivamente.
Debido a su ubicación en plena Puna de Atacama, la montaña presenta condiciones climáticas muy secas, con nieve únicamente durante el periodo invernal y sólo en las cotas superiores. A pesar de esto, en el lado argentino del volcán, existe un pequeño lago sin nombre de 100 m de diámetro y con una profundidad de 5 a 10 m, ubicado en un cráter a 6.390 msnm, aproximadamente en los 27º07'S 68º32'W, lo que lo convertiría en el lago conocido situado a mayor altitud del mundo.
Pese a que existen fumarolas en los alrededores de la cima, no se han registrado erupciones en tiempos históricos. Se ha sugerido que la ausencia de registros eruptivos se debe a la remota ubicación de la montaña, virtualmente inaccesible hasta tiempos muy recientes.
La ascensión al volcán es simple a excepción del tramo final, de gran dificultad, donde el uso de cuerdas y de otros accesorios es obligatorio. El primer ascenso fue llevado a cabo por la expedición polaca de Jan Alfred Szczepański y Justyn Wojsznis en febrero de 1937.

Geología
El Nevado Ojos del Salado es un estratovolcán cuyo amplio cráter se encuentra sucumbido, quedando rodeado por dos cumbres rocosas en forma de torreón. Ambas cumbres, la chilena y la argentina tienen una altitud similar, siendo la primera aproximadamente 8 ± 5 cm más alta.
Este volcán, cuyo nombre se origina debido a ser el origen del río Salado, se ubica en el centro de una cadena volcánica en sentido este-oeste de aproximadamente 60 kilómetros, que se inicia en el Paso Fronterizo San Francisco y finaliza en el Nevado Tres Cruces. Sobre este misma cadena corre parte de la frontera argentina-chilena pues, según el laudo británico de 1902, el trazado entre ambos puntos sigue la divisoria de las aguas. De esta forma, las dos cimas del Nevado Ojos del Salado son atravesadas por la frontera internacional.

Altitud
Diferentes mecanismos de medición han marcado grandes diferencias en la altitud del Nevado Ojos del Salado y otras montañas. Aunque tradicionalmente se le ha otorgado al Monte Aconcagua, situado en la República Argentina, el título de monte más alto de América, algunas estimaciones de la altitud del Ojos del Salado, hechas por una expedición militar chilena en 1956, lo consideraban 100 metros más alto que el Aconcagua; sin embargo, su margen de error considerablemente alto hizo que esta medición no fuera aceptada finalmente. La revista chilena Andes intentó reavivar esta «supuesta» polémica, que fue rápidamente desacreditada por otras publicaciones internacionales del mismo rubro por considerar que eran aseveraciones que respondían a cuestiones políticas o de promoción publicitaria.
Empero, sí existía un amplio debate sobre el título del «volcán más alto del mundo», que disputaban el Nevado Ojos del Salado y el Monte Pissis, que a pesar de su nombre en realidad es un volcán. Las medidas de ambos volcanes variaban de manera importante, dejando al Monte Pissis como levemente más alto. En 2007, una expedición franco-chilena exploró tanto el Pissis como el Ojos del Salado y determinó la altitud de ambos. El Aconcagua, cuya altitud de 6.965 msnm había sido determinada en 2005 por una expedición de la Universidad de Concepción, confirmó su categoría del más alto del hemisferio, seguido por el Ojos del Salado con 6.891 msnm, y luego por el Pissis con 6.792 msnm. Estas mediciones, basadas en el modelo geoidal sudamericano de SIRGAS, fueron aceptadas por el Instituto Geográfico Militar chileno y consideradas oficiales para ese país. Sin embargo, aún resta que su par argentino se pronuncie al respecto para homogeneizar las medidas. Esto se debe a que los datos oficiales del Instituto Geográfico Nacional argentino indican que la altitud del Ojos del Salado es de 6.879 msnm.
Por otro lado, varios otros estudios confirman que el Nevado Ojos del Salado es el segundo monte más alto de los hemisferios Sur y Occidental tras el Aconcagua, por encima del Pissis.

Cimas
La cumbre principal del Nevado Ojos del Salado culmina en dos torreones rocosos distantes 60 metros uno del otro. El torreón Este o cima argentina es el fin superior de las grandes laderas que componen el cono volcánico. El torreón Oeste o cima chilena es una aislada aguja de punta plana que surge entre los dos cráteres mencionados. Los separa una brecha vertical de 30 metros de profundidad. La sensación óptica que se tiene en lo alto de ambos torreones, como ocurre en la mayoría de las cumbres que presentan varias alturas semejantes, es que el otro podría ser más alto. Curiosamente, en el Ojos del Salado esa sensación se acrecienta cuando se observa el torreón Oeste desde el Este.
En noviembre de 2003, una expedición argentina realizó una nivelación topográfica desde la cima chilena. Tomando la parte superior de la piedra más alta de cada torreón, el Oeste resulta ser más alta por 54 ± 5 cm. Aunque esta prueba es milimétrica en condiciones normales, los fuertes vientos aumentan el margen de error, siendo en éste caso de 5 cm. Se realizó además una medida complementaria, bajo la hipótesis de que las piedras, aún estando en su sitio original, podrían llegar a moverse, afectando el valor de la prueba. Considerando entonces la porción más elevada del suelo arenoso en el cual se apoyan las rocas y debido a que las que coronan el torreón Oeste son mucho mayores que las del Este, en este caso la diferencia fue favorable en 8 ± 5 cm a éste último. Para los criterios del montañismo moderno, sin embargo, las diferencias menores a un metro se consideran iguales, y por lo tanto ambas cimas se consideran la verdadera cumbre.

Actividad volcánica
Aunque no hay duda de que el Nevado Ojos del Salado es un volcán activo, existe debate entre si está «actualmente» o «históricamente» activo. De acuerdo al Instituto Smithsoniano y su Programa Global de Vulcanismo, la erupción más reciente conocida se remonta a 1.300 años atrás, aunque con un importante rango de error.  
Sin embargo, existe evidencia de emisión menor de cenizas en 1993, lo que se sumaría a la continua presencia de fumarolas y algunos flujos de lava de origen relativamente reciente. Por el contrario, si se considera únicamente la última erupción, dicho título lo recibiría el Llullaillaco, que, aunque de menor tamaño, hizo erupción en 1877.

Rutas de ascenso
El ascenso es relativamente sencillo, no requiriendo especial destreza técnica o equipos excepto en los últimos metros, donde la formación rocosa requiere de cuerdas y arnéses.
Las condiciones climáticas son sin embargo una consideración importante: temperaturas muy por debajo de cero grado con vientos fuertes. Asimismo, la altitud extrema provoca apunamiento en el escalador no debidamante aclimatado: este peligroso trastorno fisiológico puede llevar a la muerte en cuestión de horas.

Desde Argentina:
Desde el territorio argentino, se parte desde la ciudad de Fiambalá, en Catamarca, situada a una altitud de 1550 msnm. Se accede a través del Paso Internacional San Francisco. Son 230 km completamente asfaltados hasta el límite con Chile. La ciudad cuenta con empresas de montañismo y transportes.

Desde Chile:
Desde el territorio chileno la ciudad más cercana es Copiapó, a 250 km, por rutas mayormente de ripio. Esta ciudad, situada a una altitud de 370 msnm, también cuenta con empresas de montañismo y transportes que pueden facilitar las expediciones. El recorrido, administrado por una empresa concesionaria, consiste en transportar al andinista hasta Laguna Verde, a 4245 msnm, para, tras unos días de aclimatación, subirlo en vehículo a los refugios de la Universidad de Atacama, a 5200 msnm, y posteriormente al Refugio Tejos, a 5825 msnm. El ataque a la cumbre sólo se puede hacer desde las 5:00 horas hasta las 14:00, por los vientos que surgen a partir de esa hora.

Bibliografía
  • Biggar, John (2005) (en inglés). The Andes: A Guide for Climbers (3ª edición). Escocia: Andes Publishing.
  • De Silva, Shanaka L., y Peter Francis (1991) (en inglés). Volcanoes of the Central Andes. Springer-Verlag. 
  • González-Ferrán, Óscar (1995). Volcanes de Chile. Santiago, Chile: Instituto Geográfico Militar.
Fuente: http://es.wikipedia.org
Por: M.Marques
milton@mxb.com.br

domingo, 20 de março de 2011

Entrenamiento para escalada: Las destrezas psicológicas II

El gesto facial, buen reflejo del estado mental (en la foto, R. Zabala escala relajado y a la vez concentrado una técnica placa en Rapún que exige ESO)

En el anterior artículo se expusieron algunos de los elementos que, desde el prisma psicológico, influían en el rendimiento de la escalada. Se explicó como toda persona es distinta a “su vecina”, contando con unas características o rasgos que la hacen única y, además, que en cada instante de su vida se manifiestan de forma diferente o mediante un estado concreto, que es variable y (aquí lo interesante) modificable a voluntad mediante una serie de habilidades o destrezas.

 
Bien aprendidas y convenientemente desarrolladas, permitirán alcanzar aquél (estado) que predisponga cuerpo y mente del mejor modo posible a la consecución del máximo rendimiento; se llamó “estado psicológico de rendimiento”.

 Los párrafos que siguen complementan lo expuesto hasta ahora, mostrando con más detalle cada una de las destrezas que pueden modificar ese estado psicológico de forma individual, detallando métodos o procedimientos para trabajarlas y mejorar de este modo el rendimiento alcanzable en la vertical.

D. Benedí alterna actividades -fondo, deportiva, alpinismo...- como estrategia para mantener alta la motivación mucho tiempo (en la foto escalando Scorpio, 7c+)

EL TRABAJO SOBRE LAS HABILIDADES Y DESTREZAS PSICOLÓGICAS
Como todos los trabajos que se realizan para la mejora del rendimiento, ya sea en escalada o en cualquier otro deporte, el punto de inicio para cada cual vendrá determinado por el nivel de partida de cada una de las habilidades que ya se posean o se deseen adquirir. Por tanto, la orientación del trabajo será distinta para cada uno.
En cualquier caso, el objetivo final que se debe pretender con el trabajo sobre las destrezas psicológicas tiene que estar claro, y es que cuanto más se aproxime cada uno a su estado psicológico de rendimiento (que supone un grado concreto y distinto individualmente de motivación, activación, concentración, cohesión, competitividad y seguridad en la propia actuación), más posibilidades se tendrá de escalar con éxito por encima de los límites actuales personales.
En este sentido, y no en el de querer desarrollar una concentración “a prueba de bombas” (por ejemplo), la “aspiración” de lo que resta de artículo es que el lector tenga algún medio o recurso más para trabajar aquello que piense que necesita mejorar, pues siente, observa, o le han “sugerido” que ESO (y no otra cosa) le limita en su rendimiento a la hora de escalar.
A continuación se exponen dichos recursos enmarcados en cada una de las habilidades que se pueden mejorar para alcanzar el estado psicológico de rendimiento:
  • Control de la activación (o regulación del arousal).
  • Visualización.
  • Autoconfianza.
  • Concentración o control atencional.
  • Control de objetivos o metas.

CONTROL DE LA ACTIVACIÓN O REGULACIÓN DEL AROUSAL
En el anterior artículo se expuso un buen método para ser más consciente de cómo el arousal afectaba al propio rendimiento a la hora de escalar. A partir de ahí, habrá que emplear estrategias para, según el estado que se ha relacionado mejor con las actuaciones en la roca (o en competición) más brillantes, ajustarlo lo máximo posible según el estado previo al inicio de la actividad. Esto se resume en 3 posibles actuaciones: una muy simple, que consiste en no hacer nada pues se está en el estado perfecto para comenzar a escalar; y las otras dos, que suponen o bien aumentar o bien reducir el nivel de arousal que se siente en esos momentos. Para estos dos últimos casos, ahí van unas cuantas estrategias: 

Estrategias para la reducción del nivel de arousal

 
1 - Relajación progresiva: Está técnica (Edmund Jacobson, 1938) constituye la piedra angular de muchos procedimientos modernos de relajación. Se denomina “progresiva” porque el procedimiento progresa desde un grupo de músculos al siguiente, hasta que todos los grupos musculares importantes están completamente relajados. El propósito es aprender a sentir la tensión de los músculos y, a continuación, ser capaces de eliminarla. El procedimiento conlleva tensar y relajar músculos específicos. Estos ciclos de tensión-relajación desarrollan el conocimiento de la diferencia entre tensión y su ausencia. Cada ciclo implica la contracción máxima de un grupo muscular específico y, acto seguido, el intento de relajación total del mismo grupo mientras se centra la atención en las diferentes sensaciones de tensión y relajación. Las primeras sesiones durarán unos 30 minutos, pero a medida que se tiene más práctica hará falta menos tiempo (en 3 o 4 sesiones, se puede conseguir en 5 minutos) y, cuando se puede lograr la relajación con regularidad en el intervalo de 5-10 minutos, es posible suprimir el componente de tensión muscular. El objetivo de la relajación progresiva es aprender a relajarse completamente en poco tiempo y se basa en una serie de principios fundamentales:
a - La tensión y la relajación se excluyen mutuamente, es decir, no es posible estar relajado y tenso al mismo tiempo.
b - La relajación corporal por la disminución de la tensión reducirá, a su vez, la tensión psicológica.

 
2 - Control de la respiración: La respiración adecuada es una de las formas más fáciles y eficaces de control de la ansiedad y la tensión muscular. Por desgracia, a medida que aumenta la presión (normalmente autoimpuesta) por la consecución de un objetivo (o por cualquier otro motivo), la tendencia natural es la de mantener la respiración, lo que aumenta la tensión muscular y dificulta el movimiento coordinado necesario para alcanzar el rendimiento máximo. La técnica del control de la respiración requiere entrenamiento, y se centra en que se respire con el diafragma y no con el pecho. Si se baja (aspiración) y se sube (espiración) el diafragma, se experimentará una mayor sensación de estabilidad, concentración y relajación. El procedimiento sería el siguiente:
a - Inhalación: Inspirar profunda y lentamente por la nariz, advirtiendo cómo el diafragma presiona hacia abajo. Se debe respirar con el estómago y el diafragma de un modo cómodo y relajado, y a continuación, dejar que el aire llene la parte central y superior del pecho y se expanda por ellas. Al aspirar, se debe empujar el estómago totalmente hacia fuera. Debe durar todo unos 5”.
b - Exhalación: Exhalar lenta y continuamente por la boca, sintiendo que los músculos de brazos y hombros se relajan. A medida que esto sucede, hay que empezar a sentirse centrado y bien pegado a la superficie de apoyo. Las piernas han de sentirse relajadas, aunque sólidas y firmes. Debe durar unos 7”.

3 - Otros métodos: Como la respuesta de relajación, la desensibilización sistemática, o el control cognitivo-afectivo del estrés, también son empleados para reducir el nivel de arousal, pero su mayor complejidad (en su explicación y ejecución) no permiten desarrollarlos en este apartado (Ver bibliografía consultada para ampliar información). 
Las ventajas del entrenamiento mental (se puede hacer en casi cualquier momento y lugar. Foto R. Bergua)

Estrategias para el aumento del nivel de arousal 
  1. Aumento del ritmo respiratorio: El control de la respiración y la concentración en la misma produce energía y reduce la tensión. Respiraciones profundas y cortas tienden a activar y acelerar el sistema nervioso.
  2. Utilización de palabras de ánimo o afirmaciones positivas: Es evidente que la mente puede afectar al cuerpo. Decir o pensar palabras de ánimo (por ejemplo, fuerte, vamos, aguanta, venga, sigue), pueden aportar energía y activación. Las autoafirmaciones positivas también pueden proporcionar vigor y vitalidad (aguanta ahí, puedo hacerlo, resiste, muévete)
  3. Escucha de música: Antes de la escalada, la música puede ser una fuente de energía. Muchos deportistas usan este recurso antes de salir a competir. Escuchar música con ritmo cuando se están haciendo ejercicios físicos puede provocar entusiasmo y emoción.

VISUALIZACIÓN
Esta destreza, basada en la imaginación de situaciones vividas, que incluso permite la anticipación mental de lo que puede ocurrir según experiencias anteriores, supone un factor clave de éxito en la escalada. 
Sobre cómo trabajarla ya se habló en otros artículos (en función de si se trataba de vías al ensayo o a vista, en el de “La táctica”, por ejemplo); en este caso se tendrán en cuenta otros aspectos, yendo un poco más allá, pues ya se vio también cómo ayuda el visualizar una ruta para mejorar el rendimiento sobre la misma.
La visualización de la actuación que va a tener lugar (más o menos cerca temporalmente desde el momento en que se visualiza) se puede realizar desde 2 perspectivas: interna o externa; la primera sería ver la vía como si se estuviese escalando en primera persona, y la segunda como si se viese uno a sí mismo en una “película”, desde fuera. Ambas se entremezclan normalmente, y su simple trabajo se correlaciona con mejoras en la actuación, sin embargo, las representaciones internas provocan más actividad eléctrica, pues aparece con mayor facilidad la sensación cinestésica (de movimiento), aproximándose más a las destrezas de ejecución real.
Existen dos elementos clave a la hora de trabajar esta destreza psicológica: la viveza de las visualizaciones y su controlabilidad:

 
Viveza: Es importante crear o recrear mentalmente las experiencias reales con la máxima fidelidad, pues cuanto más se parecen las imágenes a la “cosa” real, mejor es su transferencia a la ejecución real. Hay que prestar especial atención a los detalles del entorno (localización de las presas y apoyos de pie, de las chapas, el tipo de cantos, la forma de coger cada presa…, así cómo experimentar las emociones y pensamientos de la situación real, tratando de sentir la posible ansiedad, concentración, frustración o alegría asociados a la propia actuación).
Controlabilidad: Es la capacidad para manipular esas imágenes, y que hagan lo que cada cual quiera que hagan. Se trata del control de las imágenes – y no la visualización de los errores que se cometen – lo que ayuda a representar lo que se quiere realizar. 
Ejercicios de viveza
  • Visualización “en casa”: Se trata de observar con varios sentidos (vista, olfato y oído) lo que hay alrededor de uno mismo en su casa durante un tiempo, y luego tratar de representarlo en la mente con el mayor “lujo de detalles” posible.
  • Visualización de una destreza: Consiste en elegir un elemento técnico concreto (una bicicleta entre dos columnas, por ejemplo) y representarse a uno mismo realizándola a la perfección, advirtiendo en cada momento qué músculos trabajan, cuales se relajan, con qué fuerza se hace cada gesto, cómo se progresa a partir de ahí, etc.
  • Visualización de una ejecución positiva: En este caso, hay que recordar tan vivamente como sea posible una ocasión (si es reciente mejor) en que se haya cuajado una buena ejecución, cubriendo tres áreas de recuerdo específicas: 
a - Visual: Se trata de recordar visualmente el propio aspecto durante la propia ejecución (la forma de moverse, de colocarse...)
b - Auditiva: Consiste en reproducir mentalmente los sonidos que se escuchan cuando se está ejecutando correctamente una vía, sobre todo el diálogo interno con uno mismo. A menudo, lo que acompaña a las mejores actuaciones es un silencio interior. Hay que tratar de “escucharlo” o de imaginar esos diálogos internos que se tienen escalando. cc Cinestésica: Se trata de apreciar qué se siente en cada parte del cuerpo (las manos, los pies, la presión de cada uno, la sensación de velocidad en los movimientos, de intensidad...).

  
Progresar en vías que no se dan bien al principio hace crecer la confianza en las propias posibilidades (C. Buil trabaja en un 7c+ desplomadillo de Alquezar)

Ejercicios de controlabilidad

Control de la ejecución: Consiste en imaginar una técnica específica con la que se ha tenido problemas (por ejemplo, pasos de adherencia). Hay que prestar atención a lo que se está haciendo mal y, tras corregirlo (forma de poner el pie en la pared y la colocación del cuerpo para echar el peso necesario para que se quede), visualizarse a si mismo realizando esa destreza a la perfección, mientras se ve y se sienten los movimientos.
Control de la ejecución en una vía difícil: Se trata de representarse a uno mismo escalando en un tipo de vías que se suelen dar peor, pero siempre imaginando todo (con gran detalle) y bajo control, cuajando una gran actuación (precisión de los pies, ritmo en la escalada, chapajes a la primera…).
Control de las emociones: Hay que visualizarse en una situación que genere tensión (por ejemplo, un movimiento difícil con la cinta a “cierta” distancia del pie). Se debe reproducir la situación, en especial las sensaciones que la acompañan (lo que se ve, se oye y se siente). A continuación, hay que utilizar estrategias de control de las mismas (ver apartado de control de arousal) para sentir que la tensión abandona el cuerpo y la concentración se focaliza sólo en lo que hay que hacer para ejecutar la destreza que sea.

 
Para superar los propios límites antes hay que saltar las barreras mentales que lo impiden (el autor encadenando Powerade, 8c+. Foto H. Pelet)

AUTOCONFIANZA
El rendimiento puede verse obstaculizado bien por una falta o por un exceso de confianza. Para saber si se presentan los valores “adecuados” de autoconfianza en distintas situaciones, hay que evaluar los niveles de la misma (Ver Cuestionario “Confianza en el Deporte”). Una vez que ya se conocen las áreas más problemáticas en las que la confianza en la propia actuación interfiere en el rendimiento, ya sea por exceso o por defecto, se puede comenzar a trabajar para mejorar en estas situaciones.

Mucha gente piensa que la confianza se tiene o no se tiene, pero en realidad, ésta se construye mediante el trabajo, el entrenamiento y la planificación. Seguidamente se muestra formas de hacerlo a través de: 
  • Logros de ejecución: El concepto sería: “la conducta que conduce al éxito incrementa la confianza y da lugar a más conductas de ese tipo”. Lo complicado es obtener confianza cuando aun no se han obtenido resultados. Entonces, para generar confianza “de la nada”, lo mejor es experimentar en los entrenamientos lo que se quiere lograr en la “competición”. En la mayoría de los casos, los logros de ejecución (como ejecutar cada vez mejor una técnica concreta, o visualizar mejor las rutas, etc) desarrollan confianza y, a continuación, ésta mejora el rendimiento ulterior.
  • Actuando con confianza: Los pensamientos, las emociones y las conductas están interrelacionados; cuanto más confiadamente actúa un escalador, más probable es que se sienta confiado. La actitud corporal, la postura y el gesto facial son indicadores mudos de la confianza que tiene en sí mismo una persona antes o durante una actuación concreta.
  • Pensando confiadamente: La confianza consiste en pensar que se pueden alcanzar, y se alcanzarán, los objetivos. Una actitud positiva es esencial para desplegar el potencial máximo. Se debe intentar descartar pensamientos negativos (“me voy a caer”, “qué mal voy”…) y reemplazarlos por ideas positivas (“vamos, hay que seguir hasta el reposo, ya recuperaré allí”, “céntrate y sigue otro paso, y otro, y otro…”, “voy a encadenar”). Como se observa, más que críticos, los pensamientos deberían ser instructivos y motivacionales.
  • A través de la visualización: Cualquier escalador puede verse a sí mismo haciendo cosas que nunca ha sido capaz de hacer o en cuya ejecución ha tenido dificultades, mejorando así la confianza. 
  • Entrenando físicamente: Lograr un buen nivel de forma, es otra de las claves para sentir seguridad en uno mismo.
  • Con preparación: Contar con una estrategia para acometer el objetivo que sea, cuanto más detallada mejor, es otro de los elementos que aportan confianza al escalador que se “sabe” en el mejor camino posible para llegar hasta donde se ha propuesto.  
CONCENTRACIÓN O CONTROL ATENCIONAL (DE PENSAMIENTOS E IMÁGENES NEGATIVAS)
Antes de intentar mejorar la concentración (sin más), como una de destreza potenciadora del rendimiento, habrá que localizar áreas problemáticas concretas (como las destrezas atencionales no desarrolladas).

Nideffer sostiene que las personas presentan distintos estilos atencionales que contribuyen a que existan diferencias en la calidad de las ejecuciones respectivas; así, diseñó el “Test de estilo atencional e interpersonal” (o TAIS; ver referencia para mayor interés en NOTA), que contiene 17 escalas, 6 de las cuales miden el estilo atencional. De ellas, 3 indican aspectos de concentración efectiva y otras 3 aspectos de concentración no efectiva: 

Aspectos de concentración efectiva (puntuaciones altas en estas escalas en el TAIS indicarían, en cada una…):
  • Foco amplio externo: capacidad para integrar muchos estímulos externos de forma simultánea.
  • Foco amplio interno: capacidad para integrar varias ideas a un mismo tiempo.
  • Foco estrecho: capacidad de atención estrecha cuando ésta es la adecuada.
Aspectos de concentración no efectiva:
  • Foco externo sobrecargado: tendencia a confundirse y a sentirse sobrecargado por estímulos externos.
  • Foco interno sobrecargado: tendencia a sentirse sobrecargado por estímulos internos.
  • Foco reducido: atención crónica estrecha.
NOTA: Nideffer, R. (1976): “Test of attentional & interpersonal style”, Journal of Personality & Social Psychology, 34, 394-404.
El TAIS tan sólo informa de una medida de rasgo (lo que caracteriza a cada cual), pero también hay que tener en cuenta, para mejorar el rendimiento en escalada, cuales son los focos relevantes en los que interesa mejorar (ya visto en el artículo anterior, que dependían del momento concreto, antes o durante la escalada).
Un ejemplo de lo que se apreciaría en la visualización externa de una vía (el autor en La trilogía, 8a+. Foto C. Buil)

Con todo esto, se presentan una serie de formas prácticas para mejorar la concentración in-situ:
  • Entrenamiento en presencia de distracciones: Acostumbrarse a ignorar cualquier sonido o comentario que se pueda producir (en el sector de escalada, o en una competición) es fácilmente entrenable y prepara al escalador para mantener la concentración sólo en la tarea que lleva entre manos (sería un entrenamiento de mantenimiento de un foco atencional único –estrecho–, centrado sólo en los movimientos, obviando todo lo demás).
  • Utilización de palabras convenidas: Éstas se utilizan para desencadenar una respuesta particular, y pueden ser instruccionales (sube el pie, estira el brazo, suelta, relaja) o motivacionales (vamos, fuerte, venga, sigue, aguanta). La clave está en mantener la entrada de palabras sencillas y permitir que provoquen automáticamente la respuesta deseada en el momento adecuado.
  • Empleo de pensamientos no críticos: Evaluar la actuación y clasificarla como buena o mala, pueden provocar reacciones personales (en que el ego aparece implicado) y traducirse en una disminución del rendimiento. Hay que intentar examinar las actuaciones de manera no crítica, sino constructiva, analizando sólo el fallo en cuestión para intentar mejorarlo y no etiquetándolo como algo negativo y generalizarlo a cualquier actuación futura. Asumir el error como parte del proceso para mejorar cada día es crucial para alcanzar el máximo nivel en cualquier deporte.
  • Establecimiento de rutinas: Las rutinas previas a la actuación estructuran los procesos de pensamiento y los estados emocionales del escalador, manteniendo la concentración en el presente y en las señales convenidas relacionadas con la tarea. Rutinas para la visualización, la preparación del material, o el momento de entrar a la vía, son efectivas para focalizar la concentración y, además, para no olvidarse nunca de nada.
  • Entrenamiento del control visual: Es un método para focalizar la concentración, y su clave está en asegurar que los ojos no divaguen hacia señales no pertinentes. Hay que elegir algo (una presa, una cinta, la reunión...), que pueda mantener el foco de atención e impedir que los ojos se distraigan y, con ellos, toda la atención. Lo más efectivo, escalando, es estar mirando siempre a la siguiente presa a la que se irá o los pies que se van a usar de inmediato, focalizando de forma selectiva (estrecha) la atención en esto.
  • Concentración en el presente: Permanecer en el presente requiere una concentración focalizada a lo largo de toda la escalada, algo más fácil de decir que de hacer. Está bien tomarse de vez en cuando un breve descanso mental (en un buen reposo, por ejemplo), pero después es importante disponer de una palabra clave como foco que sirva de ayuda para volver al presente cuando llega el momento de continuar escalando.
CONTROL DE OBJETIVOS O METAS
A continuación se exponen los principios básicos a seguir para hacer de esta destreza algo realmente eficaz:
  • Establecer objetivos específicos: éstos afectan más al cambio de conducta de lo que lo hacen los generales. Deben formularse en términos muy específicos, mesurables y conductuales. (ejemplo: encadenar 3 8as en menos de 4 pegues cada uno durante el próximo mes).
  • Establecer objetivos difíciles pero realistas: es la forma de crear una gran motivación y de que haya posibilidad alta de que exista una recompensa al esfuerzo (ejemplo: para alguien que ha hecho 7b a vista y 7c+ al ensayo, pues pasar al 7b+ a vista y al 8a ensayado).
  • Establecer objetivos a corto y a largo plazo: lo ideal es fijar el objetivo último y a partir de ahí establecer la sucesión de objetivos intermedios que deberían conseguirse para llegar a aquel. (ejemplo, relacionado con el anterior: 1º hacer varios 7c+ en muy pocos pegues (2 o 3 máximo), 2º hacer un 8a sin tener en cuenta el número de pegues, 3º hacer varios 8as en menos de 8-10 pegues, 4º hacer 3 8as en 4-5 pegues). 
  • Establecer objetivos de rendimiento: los objetivos centrados sólo en el resultado pueden crear ansiedad por no tener en cuenta la progresión global que realmente puede haber a lo largo de una temporada, ya que se puede haber mejorado en diversos aspectos que afectan al rendimiento y, por distintos motivos, no haberlo podido plasmar en resultados (malas condiciones, poco tiempo, no tener gente para ir a las vías objetivo, etc). Tener objetivos que evalúen estos progresos (llamados metas u objetivos de rendimiento), sin dejar de lado los objetivos de resultado (esto no quiere decir que se excluyan, claro), hace que se valore más (o mejor) el trabajo realizado, puesto que alcanzar los primeros llevará muy probablemente a la consecución de los segundos (ejemplo: escalar vías del máximo grado ensayado sin que se vayan los pies nunca; no tener ninguna lesión durante toda la temporada; aumentar los niveles de fuerza máxima un 20% en agarres considerados débiles, etc…, son objetivos de rendimiento que ofrecen claras posibilidades de alcanzar otros objetivos enfocados al resultado).
  • Anotar los objetivos por escrito: es más motivante y crea un mayor compromiso.
  • Desarrollar estrategias de logro de objetivos: o lo que es lo mismo, planificar el entrenamiento que llevará a la consecución más probable de las metas planteadas.
  • Tener en cuenta la personalidad del escalador: aquellos con una gran motivación de logro y los orientados a la tarea podrán asumir rápidamente objetivos desafiantes, mientras que aquellos con un nivel de logro inferior y/o orientados hacia el resultado, demandarán unos objetivos de rendimiento más realistas, pues presentan tendencia a imponerse cosas tan fáciles o tan extremas que seguro conseguirán fácilmente o por el contrario nunca lo harán, respectivamente.  
  • Favorecer el compromiso individual con los objetivos: los objetivos no los fija el entrenador, sino el propio escalador, pues es él quien debe asumirlos. El primero tan sólo debería orientar y aconsejar para establecerlos y formularlos correctamente.
  • Proporcionar apoyo a los objetivos: se trata de propiciarse un entorno adecuado en el que el trabajo que se está realizando se entienda y se apoye. Convertir el entrenamiento (o la escalada) en una prioridad requiere de una comprensión a veces excepcional del entorno más cercano (sobre todo cuando no se practica a nivel profesional).
  • Proporcionar evaluación de los objetivos: algo que de no hacerse de forma continua durante toda la temporada, empobrece enormemente todo el esfuerzo anteriormente realizado para el establecimiento de metas. Es algo crucial, y de la calidad de la misma dependerá que se tenga más o menos criterio para re-direccionar una planificación concreta.

Bibliografía consultada:
• Fundamentos de psicología del deporte y el ejercicio físico. Robert S. Weinberg y Daniel Gould. Ariel Psicología. Barcelona. 1996.

Planificar, ajustar, ejecutar y conseguir los objetivos planteados, espiral de crecimiento para la autoconfianza y la motivación (Foto R. Bergua)

Lea las preguntas con atención y piense en su confianza respecto a cada una de las cuestiones mientras escalaba o competía la pasada temporada. Para cada ítem indique el porcentaje de tiempo en el que, según su opinión, tuvo demasiado poca, demasiada, o el grado justo de confianza. Las puntuaciones altas en las columnas “poca confianza” y “exceso de confianza” determinan áreas potenciales problemáticas. Para concretar los puntos fuertes y débiles específicos, hay que fijarse en las preguntas. La escala evalúa la confianza tanto en términos físicos como mentales.

Ejemplo:

Usted es un escalador deportivo que no compite en resina (sólo escala en roca).
¿Qué grado de confianza tiene cada vez que intenta una vía de su máximo grado ensayado?
  • Poca confianza (%)     -         20
  • Confianza (%)            -          70
  • Exceso de confianza (%) -    10

¿Qué grado de confianza tiene respecto a…

1.- Su capacidad para ejecutar las técnicas de escalada?
2.- Su capacidad para tomar decisiones fundamentales durante una escalada?
3.- Su capacidad para concentrarse?
4.- Su capacidad para actuar bajo presión?
5.- Su capacidad para ejecutar una estrategia satisfactoriamente?
6.- Su capacidad para emplear el esfuerzo necesario para lograr el éxito?
7.- Su capacidad para controlar sus emociones durante una escalada?
8.- Su entrenamiento o preparación física?
9.- Su capacidad para relacionarse satisfactoriamente con su entrenador?
10.- Su capacidad para reaccionar cuando comete algún fallo en su actuación?

 
Fuente: http://www.barrabes.com
Por: M.Marques
milton@mxb.com.br

sábado, 19 de março de 2011

Entrenamiento para escalada. Las Destrezas Psicológicas I

Eficacia en el cambio del foco atencional (buscando otro canto mientras se está chapando). Kiko en un 7c+ (Los Meses)

Quizás, todo aquel que haya tenido algún contacto con la escalada, por pequeño que haya sido y en cualquiera de sus modalidades, habrá experimentado la existencia de un componente muy distinto, en peso específico, al que puede haber en otros deportes o actividades que se practiquen en el medio natural y en formato competitivo o no.

 
La convivencia con el vacío, con el “patio”, o la estancia momentánea a cierta altura (más bien), enfrentados al instinto de supervivencia que todo ser humano posee, conjugan el primer “gran conflicto” y área de trabajo en el marco de lo mental. Surge el miedo a caer, a volar, o el miedo a morir simple y llanamente, pues lo que la mente inconsciente asocia con la caída, en un principio, es la consecuencia que intuye de la misma; y aunque en algunos casos si que es cierto que este miedo puede ser justificado (tras un análisis de la dificultad de la situación, la exposición y la propia capacidad para salir airoso del “lance”), y evitar así adentrarse en un espacio que pueda ocasionar un buen golpe o algo más peligroso…, en la mayoría de las ocasiones los peores presagios suelen quedarse en una irrisoria paranoia elucubrada por los más arraigados instintos antes citados.
Más allá del miedo (racional o irracional) iniciático, que coarta la progresión fluida de muchos escaladores principiantes (y de no tan neófitos en no pocas ocasiones), aparecen una serie elementos que condicionan el rendimiento que se puede alcanzar en “la vertical” y que, aunque no se aprecien a simple vista, efectivamente existen, pues se encuentran en el “interior” de cada escalador: son los aspectos psicológicos que influyen en la escalada.
En este artículo se muestran cuáles son estos elementos de orden psicológico y cómo influyen en el rendimiento para, posteriormente, exponer qué habilidades o destrezas se pueden trabajar con el objetivo de mejorar las capacidades de cada cual, a través de métodos de trabajo o estrategias que servirán más a unos que otros, pero siempre de validez contrastada (ya sea en escalada o en otros deportes).

Aprender a volar seguro y sin miedo, primer paso para superar los propios límites


ELEMENTOS PSICOLÓGICOS QUE INFLUYEN EN EL RENDIMIENTO
Probablemente, la mayoría de los escaladores con unos cuantos kilómetros en las suelas de sus gatos podrían pasar horas recordando experiencias propias y ajenas, relacionadas con aspectos que han influido en su rendimiento a la hora de subirse por las vías. Sin embargo, todo cuanto pudiera decirse sobre estos elementos que, desde el prisma de lo psicológico, han influido en las escaladas de cada cual para bien o para mal (como el miedo a caer, la ansiedad por encadenar, etc.), se podrían resumir en la esencia de este adaptado “eslogan comercial”: ¡¡2 en 1!! , es decir, escalador y persona configuran un solo ser indisociable.
Sirva este perogrullo, que recuerda uno de los principios del entrenamiento más elementales (el de la unidad), para no olvidar que todo cuanto acontece en la vida de cada uno influye de forma directa o indirecta en todo lo demás, en este caso, en el rendimiento a la hora de escalar. Persona y escalador no son entes diferentes, por tanto, todas las características o rasgos psicológicos del primero se van a plasmar o trasladar al segundo cuando esté atado a una cuerda.
En este mismo sentido, cuerpo y mente son un todo, de influencia recíproca o bilateral. Nada de lo que se hace o se piensa deja indiferente a su a veces “aliado”, a veces “enemigo”, inseparable par. Sin embargo, no siempre sucede así (efectivamente, la excepción confirman la regla, como reza el dicho popular), y seguramente el lector conozca más de una persona que rompa con este modelo conductual que se ha comentado; ¿en qué quedamos entonces?
Resumiendo y concretando, cada persona (escaladora o no), con sus rasgos psicológicos concretos, es distinta a cualquier otra, pero también lo es a sí misma en diferentes momentos del día, es decir, su estado a cada momento es variable en función de la situación en que se encuentre, esto es, el estado psicológico de cada cual varía más o menos ostensiblemente “a cada instante”, y esto influye de forma plausible en el rendimiento alcanzable en la actividad que sea (en este caso, subirse por las paredes).
Lo interesante de este tema se encuentra en saber cómo controlar esas variaciones o cómo poder modificar a conciencia ese estado psicológico personal para alcanzar, siempre que se precise, aquel que más beneficie al rendimiento deseado, y éste es el estado psicológico de rendimiento.

El trabajo de las destrezas psicológicas deja a la sombra el campus y demás familia


EL ESTADO PSICOLÓGICO DE RENDIMIENTO
Se trata de un concepto asociado al tiempo (pues una misma persona no es igual a una hora de un día cualquiera, que ese mismo día a otra hora distinta), a un momento concreto, en el que se trata de hacer confluir una serie de elementos (de orden psicológico) barajados de determinada forma (distinta para cada cual), de modo que puedan optimizar el rendimiento individual al máximo. Se podría decir que una persona que alcanza su estado psicológico de rendimiento se encuentra: motivada, activada, concentrada, segura, competitiva y cohesionada a un nivel concreto, que dependerá de sus características personales (rasgos psicológicos) y de la tarea que vaya a realizar.

 
A continuación, se explican brevemente cada uno de estos conceptos:

 
Una persona MOTIVADA es alguien con un firme deseo de conseguir algo, de lograr algo, bien sea para sí mismo (motivación de logro) o para compararse socialmente (competitividad). Las metas que se pretenden lograr, que es lo que mueve al escalador a entrenar, a mejorar, pueden ser de dos tipos u orientaciones: hacia la tarea y/o hacia el resultado. Las primeras valoran la consecución de un logro relacionado con la propia ejecución(como la mejora del ritmo en una sección concreta, la mejora en la visualización de la ruta, el correcto aprovechamiento de los reposos en la vía, o el elemento que sea que se pretenda dominar con mayor destreza en cada ejecución), mientras que las segundas sólo tienen en cuenta y valoran la consecución de un resultado. Independientemente de cuáles sean las metas de logro que persiga cada cual, lo que le motive a cada uno, hay varios aspectos que distinguen a las personas que consiguen normalmente altos rendimientos de las que no los consiguen: por un lado, orientan su motivación de logro hacia la consecución de metas de tarea o de dominio de destrezas que, en el caso de la escalada, se puede plasmar por ejemplo a la hora de escoger las vías en las que evaluar o poner a prueba la propia capacidad, estando éstas siempre en el límite de lo difícil pero de lo posible al mismo tiempo, es decir, no se eligen líneas muy fáciles donde el éxito esté asegurado u otras muy difíciles donde el fracaso también sea lo más probable; por otro lado, atribuyen el éxito siempre a factores estables e internos, (como la propia capacidad, su persistencia o una perfeccionada ejecución), y el fracaso a factores inestables pero controlables, (como el esfuerzo realizado). Estar orientado hacia un tipo u otro de metas de logro es una cuestión personal, pero cuando se piensa en los beneficios (en cuanto a rendimiento y satisfacciones) que aportan unas sobre otras, la cuestión parece bastante clara, ¿no?
Una persona activada, o mejor dicho, adecuadamente ACTIVADA, será aquella que sea capaz de ajustar su nivel de tensión corporal y estado mental a las demandas de la tarea que se disponga a realizar, siendo este factor uno de los elementos más eficaces para conseguir el éxito en la ejecución que sea. La activación se relaciona con el arousal, que es nivel o estado de activación global de una persona en un momento concreto, tanto en el plano físico como en el psicológico. Toda persona posee un arousal rasgo (que le caracteriza habitualmente), existiendo algunas más tranquilas, relajadas…, y otras muy activas, inquietas, nerviosas… No obstante, el arousal de cada cual fluctúa a lo largo del día, e incluso se puede llegar a controlar a voluntad (como se verá más adelante). Cada tarea, en función de su dificultad intrínseca (ya sea física, técnica o psicológica) precisará un nivel de arousal o activación ajustado a la misma, siempre en función de quien la vaya a desempeñar. Ser capaz de detectar esto y saber adecuarlo para rendir al máximo de las posibilidades personales es una habilidad que, si se logra dominar, propiciará un mayor índice de éxito en las tareas que se emprendan (o escaladas, en este caso).
Una persona CONCENTRADA es aquella capaz de focalizar su atención sólo sobre los elementos relevantes de la tarea, que en algunos casos demandará un foco más amplio o más estrecho (atendiendo a varios estímulos al mismo tiempo o a uno sólo cada vez, respectivamente), o hacerlo hacia una entorno interno o externo concreto (percibiendo sensaciones interoceptivas o aspectos del exterior, respectivamente), en función del momento y la tarea concreta que se lleve a cabo. En el caso de la escalada, por ejemplo, cuando se observa una vía por primera vez, el foco atencional debería ser amplio y externo, para poder observar en un primer momento la línea, los seguros, los reposos; en una segunda fase, se puede pasar a un foco estrecho externo, en el que se focalice la atención sobre secciones concretas de la vía y se piensen alternativas para solucionarlas de varias formas (si se puede); en el momento previo de comenzar la escalada, el foco puede ser estrecho interno, atendiendo entonces a las sensaciones internas, el nivel de activación que se tiene (regulándolo si es necesario), etc.; y cuando se comienza a escalar, cuando comienza la acción, el foco debería ser estrecho externo, atendiendo selectivamente sólo a los 2 o 3 movimientos que se tienen que efectuar justo por delante en cada momento.Además, una persona concentrada deberá ser capaz de mantener el foco de atención adecuado en la tarea precisa en cada momento durante el tiempo que se necesite hasta que finalice la misma.
Una persona SEGURA es aquella que confía en sus propias posibilidades para lograr el éxito en la tarea que se propone, algo muy diferente a ser una persona confiada, que subestima o infravalora la dificultad de la misma, con la más que probable pérdida de atención y desajustes en el nivel de activación necesarios, y la posible consecuencia que este cúmulo de circunstancias generará para el propio rendimiento.
Cuando se habla de una persona COMPETITIVA, en este contexto concreto, debe entenderse en el sentido de la “agresividad” necesaria, las ganas por realizar las tareas al máximo de las propias capacidades, y no en el de tener una motivación orientada al logro de resultados. Se quiere hacer referencia a una actitud, una convicción y el hecho de generar autoconfianza y creer en uno mismo, lo que es perfectamente compatible con una motivación de logro orientada hacia el dominio de la tarea y no necesariamente a la obtención de resultados.
Por último, una persona COHESIONADA es alguien que sabe o siente que no “camina” sola en busca de sus propios objetivos, aunque sean en el plano individual (como en la escalada). Hace referencia al sentimiento de pertenencia a algo más allá de uno mismo (un club, una provincia, un país, un grupo de entrenamiento, una cordada concreta, un grupo de amigos con quien se escala habitualmente...). Es un fenómeno algo difícil de explicar en un deporte en el que los éxitos los consigue cada cual para sí mismo, pues es cada uno el que encadena su vía o su bloque, sin embargo, tiene mucho sentido en tanto en cuanto pocas veces se escala solo (si no se cuentan las prácticas en solitario de bloque –algo común– o los solos integrales –bastante menos frecuentes–), y las dinámicas positivas que genera un grupo que se mantiene próximo y unido en pro de la consecución de los objetivos de cada uno de sus miembros, es un elemento muy importante que favorece el rendimiento.
Por tanto, el estado psicológico de rendimiento de una persona queda configurado por un grado de desarrollo concreto y específico de cada uno de los elementos que lo componen, que será diferente para cada cual y que dependerá de la tarea que vaya a ejecutar; además, como estado que es, tan sólo durará un tiempo concreto, que estará definido por, en este caso, el itinerario (vía, bloque o tapia) que se vaya a intentar.

Meditar y otras técnicas para el control de la activación, mejor usarlas antes de los intentos a las vías

HABILIDADES Y DESTREZAS PSICOLÓGICAS
Para alcanzar dicho estado psicológico, el camino a recorrer será distinto para cada cual, aunque probablemente será siempre largo y lleno de “baches” (nadie pierde el miedo a caer o mejora su concentración en dos días…, son trabajos que requieren mucha constancia y voluntad de mejora), pero es una de las mejores experiencias que ofrece este deporte, pues coloca al escalador frente al espejo del autoconocimiento desde el primer momento, teniendo que descubrir (con o sin ayuda) cuáles son sus problemas reales para rendir más y mejor, aceptarlos y comenzar a trabajar desde ese punto para ir acercándose cada vez más al propio estado psicológico de rendimiento.

 
Para alcanzar el nivel de manifestación más adecuado de cada uno de los elementos que configuran dicho estado, el escalador cuenta con una serie de habilidades o destrezas psicológicas que deberá aprender o, en caso de contar ya con ellas (voluntaria o involuntariamente), seguir cultivando para alcanzar un mayor dominio de las mismas (si hiciese falta).

 
Estas destrezas o habilidades psicológicas, que se pueden clasificar en más o menos campos, estarían conformadas por las siguientes:
  • El control de la activación o regulación del arousal
  • La visualización
  • La autoconfianza
  • La concentración o control atencional (de pensamientos e imágenes negativas)
  • El control de objetivos
Seguidamente se aporta información de todas ellas, explicando en qué consisten y cómo influyen en el rendimiento de la escalada. Los métodos de trabajo y las orientaciones específicas para trabajarlas se completan, debido a la extensión de la materia, en una segunda parte de este artículo – Entrenamiento para escalada: Las destrezas psicológicas (II) –.


Pablo escala concentrado en el siguiente movimiento en este 8a (Vadiello)

Control de la activación o regulación del arousal
Habilidad fundamental cuya clave se halla en determinar los niveles óptimos (de arousal) de cada cual y para cada situación ya que, por ejemplo, no demanda el mismo grado de activación una vía con un comienzo desplomado y a bloque, que una placa tumbada muy técnica de pies.

 
El primer paso consiste en ser más consciente de los niveles propios de arousal lo que, generalmente, conlleva el autocontrol e identificación del modo en que el estado emocional afecta al rendimiento. Un buen método para hacerlo consiste en pensar en la mejor escalada (propia) que se recuerde, y también en la peor, rellenando en ambos casos una breve ficha (Ver Cuadro 1. Conocimiento del estado de arousal) señalando el número que más se aproxime a la sensación que se experimentó. No existen respuestas correctas o incorrectas, pues el objetivo es comprender mejor la relación entre los estados psicológicos y los rendimientos del escalador. Una vez hecho esto, se debe repetir la operación durante varios días, evaluando los pensamientos y sensaciones después de cada entrenamiento o día de escalada (incluso de cada vía por separado, si se tuvieron sensaciones diferentes entre ellas en una misma jornada).Con un poco de constancia, rápidamente se potenciará el autoconocimiento sobre el nivel de arousal que más beneficia el rendimiento propio.

 
El segundo y lógico paso será regular el nivel de arousal a lo que demande cada situación; para ello, se pueden utilizar diversas técnicas tanto para reducirlo (como la relajación progresiva, el control de la respiración, la respuesta de relajación, la desensibilización sistemática o el control cognitivo-afectivo del estrés), como para aumentarlo (a través del ritmo respiratorio, utilizando palabras de ánimo o afirmaciones positivas, escuchando música, etc.). En la ampliación del artículo se expondrán con detalle.

  
Visualización
En el artículo “Entrenamiento para escalada 8: La táctica”, se explicó en qué consistía este concepto y se trató como un recurso táctico-estratégico para la mejora del rendimiento, aunque también se apuntó que sus efectos podían incidir en otros campos, como el psicológico, con efectos positivos en distintas áreas, como:
  • La concentración: imaginando lo que se quiere hacer y el modo en que se va a reaccionar ante ciertas situaciones, se puede evitar que la mente divague; por ejemplo, al visualizar situaciones que puedan hacer perder la concentración (como cuando se mueve un pie de su emplazamiento inesperadamente, o cuando no se consigue chapar a la primera en un momento “delicado”, etc.), e imaginar que a continuación no se pierde la calma y que se centra la atención en corregir el error y, simplemente, seguir escalando al máximo, ayudará a mejorar la concentración en situaciones similares.
  • La confianza: representando mentalmente una buena actuación propia, se podrá sentir con más fuerza la capacidad de actuar bien bajo circunstancias adversas, reforzando así la confianza en las propias posibilidades para actuar con éxito en tareas similares.
  • El control de respuestas emocionales: imaginando acontecimientos que hayan provocado problemas en el pasado, como enfadarse por los propios errores, y representarse a continuación afrontando esa situación de una forma positiva, respirando profundamente y concentrándose en la tarea en cuestión, mejorará el autocontrol en este tipo de situaciones.
Cuestiones latentes en torno a la visualización, como si debe ser interna o externa, o los trabajos orientados a mejorarla en aspectos cruciales, como la viveza o la controlabilidad de la misma, tendrán respuesta en la ampliación de este artículo.


Secciones obligadas y chapas alegres demandan un mayor esfuerzo psicológico (Foto de un 8a+ de Escalete, por David Benedí)

Autoconfianza
Los escaladores seguros creen en sí mismos, y lo que es más importante, creen en su capacidad para adquirir las destrezas y competencias necesarias (tanto mentales como físicas) que les permitan alcanzar su máximo potencial. La autoconfianza equivale a la suposición de que el éxito se va a producir, y estas expectativas, a su vez, crean unas sinergias positivas que: 
  • Facilitan la concentración (pues la mente queda libre para concentrarse en la tarea en cuestión, sin preocuparse por lo bien o mal que lo esté haciendo).
  • Influyen en los objetivos (planteando retos más estimulantes que obligan a esforzarse más intensamente para alcanzarlos, apuntando a “lo más alto” para lograr el máximo potencial).
  • Activan emociones positivas (las personas seguras de sí mismas se siente más tranquilas y relajadas en condiciones de presión).
  • Hacen que aumente el esfuerzo (para la consecución de los objetivos planteados).
  • Afectan a la actitud en la escalada (escalando para encadenar y no para no caer).
  • Afectan al ímpetu psicológico (siendo más capaces de remontar las adversidades que van surgiendo).
Pese a todo lo aquí expuesto, la autoconfianza (como cualquier otra destreza) no es la panacea y, aunque es fundamental para el rendimiento, no resolverá la incompetencia, esto es, sólo puede ayudar hasta cierto punto. Además, la autoconfianza “desmedida” se torna en contra de los intereses del escalador, que debe hallar el punto justo (o nivel de autoconfianza óptima) que será aquel a partir del cual, aumentos adicionales de la misma se corresponderán con disminuciones del nivel de ejecución. La evaluación de la autoconfianza y su trabajo serán objeto de ampliación.

Concentración o control atencional (de pensamientos e imágenes negativas)
Atender a las señales pertinentes del entorno (con el foco atencional adecuado en cada caso), y mantenerlo el tiempo necesario que dure la escalada se dice pronto, pero no es tan fácil de asumir, pues surgen muchas veces problemas como: la atención a sucesos pasados (normalmente negativos, con su perenne representación mental), o a sucesos futuros (evidenciando una preocupación por la consecuencia de las propias acciones), la atención a demasiadas señales a la vez (y el aturdimiento que esto provoca), o el excesivo análisis de la mecánica corporal (con el consecuente enlentecimiento de las acciones), etc., lo que dificulta en gran medida la concentración eficaz en la tarea.

Evaluar las propias destrezas atencionales y, a partir de aquí, poner en práctica técnicas adecuadas (como el auto-habla u otros “consejos” o ejercicios para la mejora de la concentración), en caso de que se evidencien fallos sistemáticos en este sentido, serán aspectos a tratar en la ampliación de este punto.  

Control de objetivos o metas
Alcanzar un objetivo o meta supone conseguir un nivel específico de competencia en una tarea, normalmente en un tiempo determinado. Anteriormente, ya se explicó que existían metas orientadas hacia el resultado ó hacia el rendimiento o dominio de la tarea. Las segundas presentan grandes ventajas sobre las primeras, al favorecer un crecimiento de la autoestima, grados de ansiedad menores y niveles de ejecución superiores. Si se piensa, por ejemplo, en el mejor intento realizado a una vía en una temporada concreta, en donde se estuvo muy cerca de encadenar y, al mismo tiempo, se llegó más lejos que en el mejor de los intentos que se habían realizado hasta esa fecha, la interpretación y valoración que se hará del mismo acontecimiento variará en función de la orientación de las metas del protagonista que sea.

Al margen de las distintas orientaciones, el establecimiento y control de objetivos es una técnica conductual que funciona, y en la ampliación del artículo se tratarán con detalle los principios básicos a seguir para hacerla realmente eficaz. 

 
CONCLUSIONES
Con frecuencia, y más todavía en el mundo de la escalada, el auténtico problema no es la falta de destrezas físicas, sino psicológicas, para alcanzar el máximo rendimiento. En muchos deportes, el aspecto psicológico marca la diferencia entre los buenos y el mejor, sin embargo, en la escalada, el peso específico de los componentes psicológicos asociados es mucho mayor, algo que cualquiera que haya practicado este deporte durante algún tiempo habrá podido experimentar. No obstante, ¿cuántas horas se dedican a la preparación física y cuántas a la psicológica? En la mayoría de los casos, el desconocimiento, pensar que es algo inútil o trabajos destinados sólo para deportistas de élite, la falta de tiempo, el querer buscar soluciones rápidas a la falta de rendimiento puntual o la simple creencia de que las habilidades psicológicas son inmutables o inalterables (confundiendo las características asociadas a la personalidad de cada cual –rasgos–, con las que se exhiben a cada momento –estados–), hacen que no exista la dedicación necesaria para avanzar en esta parcela no importante, sino fundamental, para el rendimiento en escalada.

Partiendo de un simple análisis de los principales problemas psicológicos que se encuentra cada cual, planificando adecuadamente y llevando a cabo un programa individualizado con la suficiente constancia (y si puede ser, supervisado por personal especializado), se puede avanzar en el domino de destrezas como el control de la activación, la visualización, el desarrollo de la confianza, el aumento de la motivación, etc., que acercarán a quien lo haga a su mejor estado psicológico de rendimiento. 

 
Bibliografía consultada: 
Fundamentos de psicología del deporte y el ejercicio físico. Robert S. Weinberg y Daniel Gould. Ariel Psicología. Barcelona. 1996.

Fuente: http://www.barrabes.com
Por: M.Marques
milton@mxb.com.br